Nuestra nación ubicada en el centro de EL Caribe, un archipiélago formado por pequeñas islas, distribuidas en las cercanías del trópico de cáncer, línea magnética que cruza la mayor parte de las zonas desérticas más agresivas del planeta Tierra. Con una alta exposición a la incidencia de la luz solar durante estos veranos intensos de hasta 11 y 12 horas de rayos ultravioleta. Territorios bañados por aguas bravías del Mar Caribe, compartiendo redes de fallas tectónicas, las cuales hacen de este sistema insular un esquema de alta fragilidad a la ocurrencia de movimientos telúricos, convertidos en poderosos terremotos asociados con tsunamis
Varias naciones que han asumido el progreso y la actividad económica fundamental a partir del desarrollo limpio, el ecoturismo y la oferta de los atractivos de sus riquezas naturales, han optado por descontinuar las operaciones mineras, debido a la incompatibilidad de las mismas con la vida, por su alta incidencia en el cambio climático, por la forma espuria con se manejan estos negocios, en los cuales ningún ciudadano puede conocer las cláusulas de sus contratos, por la forma alevosa con que compran el silencio de la información y la sumisión.
Históricamente en la República Dominicana, la minería ha sido un negocio lesivo al interés nacional, la cual se ha caracterizado por la irresponsabilidad en su manejo, tanto por las autoridades que han aprobado dichas operaciones en procura de agenciarse recursos inmediatistas, que a la postre no resuelven un solo problema ni siquiera en las comunidades receptoras de la contaminación y del pasivo ambiental que dejan como secuela de la depredación; pero más aún por los accionistas inescrupulosos que se mueven en ese mundanal de la minería.
Cuando tocamos la problemática de nuestro languideciente Río Camú y las pronunciadas olas de calor que se perciben en los últimos años en el Valle de La Vega Real y su entorno, muchos prefieren comportarse como el avestruz ante los momentos de peligro, ocultando su cabeza debajo de la arena, para no tocar la verdad y mucho menos poner el dedo sobre la llaga. Pero el Río Camú muere por múltiples causas, obviamente unas tienen mayor incidencia que otras, entre las cuales podemos señalar las siguientes:
1. La deforestación e incendios frecuentes en la parte alta y media de la cuenca, para dar paso a cultivos de ciclo corto y a la actividad ganadera extensiva; cuando realmente estas montañas y laderas deben estar bajo bosques, debido a la influencia que ejercen las mismas en la conservación de las fuentes de agua, para nutrir del preciado líquido al municipio de La Vega. Y que conste que los mayores depredadores no son solamente humildes campesinos, sino también elementos desaprensivos, prevaleciéndose de fortunas y del tráfico de influencias.
2. Vertido de desechos industriales sólidos y líquidos al cauce del Río Camú, por unas 14 empresas, que para fines domésticos y decorativos tienen plantas de tratamiento de agua y supuesta eliminación de residuos, aunque en realidad no funcionan nunca, sino solamente cuando le visita un inspector de calidad, o de Medio Ambiente o la prensa.
3. Vertido de desechos (basura) de toda naturaleza por la población que reside en los barrios periféricos, ubicados en las riberas del cauce.
La Actividad Minera no es Compatible con el Ambiente / Por: Félix Díaz Tejada. Sep. 3, 2011
4. Desagüe de la cañada conocida como el Riito, con toda su inmensa carga contaminante que drena hacia el Camú.
5. Operaciones de minas de agregados secos, en las cercanías de Bayacanes y La Guaranita, afectando todo el entorno de las mismas y a sus pobladores, destruyendo la belleza escénica del paisaje, convertido en cráteres, simbolizando el “uso de las nefatas facultades que otorga el poder”.
6. Extracción indiscriminada de agregados del lecho del Río Camú.
7. La actividad minera llevada a cabo durante 23 años en Loma Ortega, ha influenciado de forma negativa en la condensación de las capas de humedad y constitución de nubes de lluvias, las cuales debían su origen a la influencia de los vientos alisios provenientes de la Bahía de Samaná. Los mismos vienen cargados de partículas microscópicas de humedad y cuando impactaban con los bosques que allí existían eran atrapadas, creando una ambiente de equilibrio y armonía natural. Mucha de esa humedad descendía a través de los intersticios y las venas ubicadas en el subsuelo y del cauce del Arroyo Terrero y el Río Pontón. Todo este ecosistema ha sido alterado.
Mantengo fresco en mi memoria aquel mes de marzo del año 1988, cuando fue dada a conocer a la luz pública la noticia de que en la provincia de La Vega se estaban iniciando las operaciones mineras a cargo de la multinacional Falconbridge Dominicana, LTD. Enseguida fuimos alertados por especialistas nacionales e internacionales en la materia, sobre el grave peligro que significaban dichas actividades, en especial para el municipio Concepción de La Vega, dada la cercanía de los yacimientos a las áreas urbanas.
Además, de sustentar la pureza ética de nuestros argumentos, fuimos alentados por dos sabios y padres orientadores, el Profesor Juan Bosch y Monseñor Juan Antonio Flores, dos de los dominicanos que más han amado a este terruño.
La mitigación ante la gravedad de este paciente, casi en capilla ardiente, que es el infausto discurrir del Río Camú, tenemos que asumirla con responsabilidad, tanto la ciudadanía, como el empresariado y la cuota mayor que les corresponde a las autoridades gubernamentales.
No vale la pena discutir con mineros, pues en todas las regiones del mundo tienen los mismos argumentos, en todas partes se hacen acompañar de supuestos “expertos” y timadores. Acá son un tanto más expresivos con las migajas y las limosnas, así como con la “filantropía”.
Tenemos que procurar la forma de salvar la provincia de La Vega, frente a tanta indiferencia, irresponsabilidad y sumisión. A lo largo de la historia dominicana, los ciudadanos de esta noble provincia, han brillado en el firmamento del arrojo. Recordando aquella estrofa de nuestro himno nacional que reza “…ningún pueblo ser libre merece, si es esclavo, indolente y servil…”
El desarrollo de nuestro presente y futuro, tenemos que procurarlo mediante la implementación del esquema denominado de desarrollo limpio, generando empleos verdes, en el horizonte del ecoturismo, el turismo histórico – religioso, el patrimonio de la riqueza cultural y folclórica, el desarrollo de la actividad agropecuaria, clústeres agroindustriales en zonas francas, el fomento de la actividad cooperativa, la implementación de un distrito o parque para los microempresarios y el clúster de la artesanía.
La publicidad subliminal, envolvente y engañosa que realizan las empresas mineras en Rep. Dominicana, carece de sentido y de razón, a no ser la compra del silencio, el aplauso de conductas
La Actividad Minera no es Compatible con el Ambiente / Por: Félix Díaz Tejada. Sep. 3, 2011
menesterosas, el pordioserismo, la ingenuidad y la ignorancia. Al tiempo de constituirse en un fiel modelo y simbolismo de la prepotencia colonial ante tanto lacayismo y carencia de patriotismo. Loma Miranda constituye el último pulmón o remanso con que cuenta el municipio de La Vega. Su explotación constituye un atentado al equilibrio del ecosistema y con ello a la riqueza de su biodiversidad, a la estabilidad climática, lo cual arreciará las fuertes olas de calor ocasionadas por la explotación minera en Loma Ortega. Más vale precaver que tener que lamentar.
Retamos a Falcondo Xstrata Nickel a que permita el acceso a los contratos de concesión de explotación, firmados con el Estado Dominicano, al tiempo que le emplazamos a que restaure las áreas degradadas por los graves daños ocasionados como consecuencia del pasivo ambiental en las provincias Monseñor Nouel y La Vega, así como los agravios que constituyen las acciones de esta empresa y las graves secuelas que han generado, con lo cual laceran en lo más profundo del alma el sentido ético y desarrollista hacia nuestra amada Rep. Dominicana.
Ninguna nación se ha desarrollado sobre la base de la depredación de sus recursos naturales, por el contrario, ahuyenta a los turistas y visitantes, aleja las inversiones en el campo agroindustrial debido a la acidez del PH en la atmósfera circundante, se pierden los nichos de mercados de exportación a nuestros productos, debido a las restricciones y sanciones que se le ponen a las naciones y autoridades que toleran la depredación al medio ambiente y a los ecosistemas. O es que acaso las multinacionales mineras pretenden considerarse que sus intereses están por encima del bien y del mal de nuestra pequeña nación. Y si es así entonces sería mejor clausurar el Ministerio de Medio Ambiente, o de lo contrario dicha entidad no tendrá moral para hacer cumplir la Ley No. 64 – 00 a los demás infractores.
Existen organismos y protocolos internacionales que monitorean el ambiente, de los cuales la Rep. Dominicana es signataria, entre otros el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Protocolo de Kioto, y advertimos que no nos temblará el pulso para denunciar ante estos organismos, la conducta aviesa y corsaria de las transnacionales mineras asentadas en nuestro país.
El martes 18 de octubre del 2011, un equipo técnico multidisciplinario constituido por profesionales de diferentes especialidades realizó un descenso a Loma Miranda y varias comunidades rurales de su entorno, con el objetivo de obtener informaciones propias de la zona, entre otras la ubicación geográfica, relieve y topografía, biodiversidad, geología, hidrología y actividades económicas de las comunidades circunvecinas.
Al intentar arribar por uno de los costados que da acceso a Loma Miranda, específicamente en la periferia sur (ruta La Vega – Bonao) de la Autopista Duarte, se divisa una vaya alusiva a la concesión y los permisos gubernamentales que le fueron “otorgados” a la transnacional Falcondo Xstrata Nickel. Al mismo tiempo que al interior se observa personal de seguridad desplegado en labor de vigilancia, ante la probable penetración de “intrusos” a los bosques que según sus pretensiones le tienen la “vista echada”, para ser explotados por la empresa antes citada.
Pese a que apenas teníamos como arma de defensa cámaras fotográficas y de filmación, binoculares, termómetros, mapas, así como lápices, libretas de apuntes y cintas de medición, nos vimos compelidos a procurar el acceso empleando otras vías alternas, tanto por Sabana del Puerto como por El Algarrobo y El Pinito.
A primera vista, el ingreso y desplazamiento por el interior de los tupidos bosques, se empieza a tener contacto con ecosistemas de valor inimaginable. La riqueza de los acuíferos, descendiendo entre recodos y meandros, cascadas chorreando el hermoso parto de la madre naturaleza en sus montañas, el trinar de las aves que voletean entre las ramas, el sonido del viento rugiendo con el movimiento de las copas de los árboles, el roce humano con la pringamoza despierta el recuerdo de las armas que emplea la naturaleza para defenderse de los invasores.
Nuestra visita concluyó aquella tarde, por la imposición del anochecer, en un franco diálogo con el anciano de mayor edad, nacido, criado y viviendo en la falda de Loma Miranda, contándonos anécdotas, recorriendo un nostálgico pasado, narrando los incontables beneficios y servicios que los bosques ubicados en Miranda, le han aportado a cuantos han necesitado de sus productos.
Los antecedentes que ha tenido la República Dominicana, con respecto a las operaciones mineras, a todas luces arrojan un balance con resultados negativos. En este contexto el municipio de La Vega, no ha escapado a esa nefasta trayectoria que ha significado la minería para sus ecosistemas y sus habitantes. Soportar de forma impotente la depredación de sus montañas, para actividades que nada positivo aportan a su desarrollo.
Ya entramos a la era de la “economía azul”, en la cual solamente se citan como empresas responsables aquellas que actúan en coherencia con el medio ambiente, con las comunidades de su entorno y han dado muestras de no infringir las leyes de las naciones. No tenemos otra alternativa que dilucidar los planes de “Falcondo Xstrata Nickel en el país de la maravilla”, aunque sea una verdad incómoda para los planes y proyectos de dicha empresa.
Loma Miranda está ubicada a unos 17 Kms de la zona urbana de La Vega, específicamente hacia el este – sureste del municipio, compartiendo su área entre las provincias La Vega y Monseñor Nouel.
Está ubicada dentro de las coordenadas 19o 10 ́ latitud norte y 70o 46 ́ longitud oeste, su altura mayor está localizada a unos 658 metros sobre el nivel del mar. Forma parte de la Cordillera Central.
Sus elevaciones se inician desde las estribaciones de las comunidades El Pinito, El Algarrobo, Acapulco, Cruce de Controba y Sabana del Puerto, hasta empinar sus picos y transformarse en relieve montañoso.
B. Relieve
El ecosistema que comprende la Loma Miranda presenta un relieve montañoso, con pendientes que fluctúan desde 40% y hasta 60%, las mismas van desde inclinadas hasta muy inclinadas.
Las áreas más elevadas son identificadas como Loma de Fello, La Majaguita y La Manaclita.
C. Biodiversidad
La rica biodiversidad de su flora está compuesta por bosques mixtos en las partes bajas, predominando las especies latifoliadas, entre otras las siguientes:
Loma Miranda: El Último Pulmón del Cibao Central. Por: Félix Díaz Tejada, Rep. Dominicana.
Cabirma (Guarea guidonia),
Algarrobo (Prosopis pallida),
Yagrumo (Cecropia peltata),
Palo bobo (Erythirina fusca),
Juan primero (Simarouba glauca)
Piñón cubano (Gliricidia sepium),
Árbol lanero (Ochroma pyramidale, L.),
Palma real (Roystonea hispaniolana, L.)
Caoba dominicana (Swietenia mahogani, L.), Amapola de sombra (Erythrina poeppigiana), Amapolo de campana (Spathodea campanulata), Campeche (Haematoxylon campechianum), Guácima (Guazuma ulmifolia),
Algarrobo (Prosopis pallida),
Yagrumo (Cecropia peltata),
Palo bobo (Erythirina fusca),
Juan primero (Simarouba glauca)
Piñón cubano (Gliricidia sepium),
Árbol lanero (Ochroma pyramidale, L.),
Palma real (Roystonea hispaniolana, L.)
Caoba dominicana (Swietenia mahogani, L.), Amapola de sombra (Erythrina poeppigiana), Amapolo de campana (Spathodea campanulata), Campeche (Haematoxylon campechianum), Guácima (Guazuma ulmifolia),
Roble (Catalpa longissima),
Palma cana (Sabal umbraculifera), Memiso (Muntingia calabura), Samán (Samanea samán), Guama (Inga vera),
Grayumbo (Schefflera morototoni), Higo (Ficus carica),
Jabilla (Hura crepitans)
Palma cana (Sabal umbraculifera), Memiso (Muntingia calabura), Samán (Samanea samán), Guama (Inga vera),
Grayumbo (Schefflera morototoni), Higo (Ficus carica),
Jabilla (Hura crepitans)
Varias especies de helechos, plátano cimarrón, lianas y arbustivas conforman la alta población verde que constituye el sotobosque.
Otras especies exóticas han poblado las laderas que conforman tanto las áreas bajas como medias, entre las cuales cabe citar las siguientes:
Acacia magium (Acacia magium), Acacia amarilla (Cassia siamea), Casuarina (Casuarina equisetofolia), Lino criollo (Leucaena leucocephala), Flamboyán (Delonix regia),
Bambú (Bambusa bambos)
Cigua blanca (Ocotea coriácea)
Cigua prieta (Nectandra coriácea)
Cacao cimarrón (Sloanea berteriana Choisy) Auquey (Gomidesia lindeniana Berg.)
Cigua blanca (Ocotea coriácea)
Cigua prieta (Nectandra coriácea)
Cacao cimarrón (Sloanea berteriana Choisy) Auquey (Gomidesia lindeniana Berg.)
En las comunidades en donde habitan familias, es notoria la presencia de especies frutales, como aguacate (Persea americana), naranja dulce (Citrus sinensis), naranja agria (Citrus aurantium), limón agrio (Citrus limonum), tamarindo (Tamarindus indica), mango (Mangifera índica) y cereza (Malpighia emarginata).
En las áreas de mayor elevación es común la presencia de bosques de coníferas, entre estas se destaca el emblemático pino dominicano (Pinus occidentalis), así como de pino caribe (Pinus caribea).
La riqueza de la fauna está compuesta por varias especies de aves, entre estas cabe resaltar las siguientes:
Ruiseñor (Mimus polyglottos),
Cigua palmera (Dolus dominicus), Ciguita (Coereba flaveola),
Rola (Zenaida aurita),
Rolita (Columbina passerina), Zumbadorcito (Chorostilbon swainsonii), Barrancolí (Chorostilbon swainsonii), Chua chuá (Mimocichla plúmbea), Tórtola (Zenaida macroura),
Perdiz (Geotrygon chyrsia),
Perico (Aratinga choloptera),
Cotorras (Amazona ventralis), Guaraguao (Buteo platypterus), Lechuza (Tyto alba),
Pájaro carpintero (Melanerpes striatus), Pájaro bobo (Coccyzus minor),
Cuyaya (Falco sparverius),
Cucú (Athene cunicularia).
Cigua palmera (Dolus dominicus), Ciguita (Coereba flaveola),
Rola (Zenaida aurita),
Rolita (Columbina passerina), Zumbadorcito (Chorostilbon swainsonii), Barrancolí (Chorostilbon swainsonii), Chua chuá (Mimocichla plúmbea), Tórtola (Zenaida macroura),
Perdiz (Geotrygon chyrsia),
Perico (Aratinga choloptera),
Cotorras (Amazona ventralis), Guaraguao (Buteo platypterus), Lechuza (Tyto alba),
Pájaro carpintero (Melanerpes striatus), Pájaro bobo (Coccyzus minor),
Cuyaya (Falco sparverius),
Cucú (Athene cunicularia).
Entre los reptiles sobresalen varias especies de lagartos y lagartijas, culebrita verde, culebra jabada inofensiva y culebra gira.
En los lugares húmedos abundan las especies de anfibios, entre éstas las ranas, ranita verde, ranitas marrones de río y maco toro. En los arroyos y ríos abundan especies de jaibas.
Toda el área corresponde a la Zona de Vida Bosque Húmedo Subtropical.
D. Hidrología
Las fuentes acuíferas que discurren hacia el norte de Loma Miranda, atraviesan la Autopista Duarte, entre cuyas fuentes de agua cabe mencionar la más importante que es el Río Jagüey, también conocido en sus balnearios como Acapulco; remanso y atractivo natural, frecuentado casi a diario y en especial durante las épocas de verano por cientos de bañistas y turistas, lo cual se ha constituido en un medio de vida para las más de 100 familias residentes en la comunidad.
El arroyo Berraco nace en Loma La Manaclita y desciende por la parte este de Loma Miranda; el mismo es de mediano caudal y de aguas cristalinas.
En cuanto a la pluviometría anual en la zona, la misma fluctúa entre 1,450 y 2,000 milímetros de lluvias. Y la temperatura entre 26 oC y 32 oC.
E. Suelos
Los suelos son de textura areno – arcillosa en las partes bajas y arenosa en las áreas de altura. De estructura entre granular media y gruesa. De permeabilidad rápida
F. Principales Actividades Económicas del Área
La población nativa del área está compuesta por unas 100 familias, las cuales viven de las actividades turísticas, mediante la prestación de atenciones y servicios a los visitantes, lo cual incluye elaboración de bebidas, alimentos, frutas y artesanía.
La diversidad de artesanía que se expende a los viajeros que transitan por la Autopista Duarte y a quienes frecuentan la zona, es elaborada a base de madera de amapola. Considerando esta hermosa expresión artística como parte de la riqueza patrimonial de La Vega y la Rep. Dominicana.
La gastronomía de la zona está representada por una diversidad de platos, entre los cuales se resalta el cerdo asado y el chicharrón. También están los mercaditos de frutas. Otros lugareños viven de la producción agrícola, pequeñas crías de aves de corral y cerdos, y otros como trabajadores jornaleros de fincas y de granjas establecidas en las cercanías.
G. Valoración de Loma Miranda
La sierra de Loma Miranda, corresponde a una cadena montañosa compuesta por Guaigüí, El Faro, Guarey, Guanábano, Manaclita, Loma Miranda y Jumunú, enmarcadas dentro de la Cordillera Central, las cuales constituyen un ecosistema caracterizado por una rica biodiversidad, cuyos paisajes son paradisíacos y exuberantes. Sus bosques contribuyen de forma significativa a la formación de nubes de lluvias.
Otra colaboración valiosa de los bosques que cubren estas montañas son los nacimientos de importantes ríos y arroyos, entre otros Guarey, Terrero, Pontón, Jagüey, Berraco y Jima, los cuales tributan a otras fuentes acuíferas, y de allí suplen agua para varios acueductos, riego agrícola y abasto de agua para la cría de ganado, cerdos y aves, además de la generación de energía hidroeléctrica.
De la existencia de estos bosques y de su rica biodiversidad, depende un alto porcentaje de endemismo, como también la relativa regulación climática.
Esta cadena montañosa reúne todas las condiciones para que nuestro Congreso Nacional y el Ministerio de Medio Ambiente, la declaren área protegida en la categoría de Reserva Natural Loma Miranda. Al tiempo de disponer la realización de estudios especiales para el fomento de ecoturismo y otras actividades vinculadas en esta rica zona.
La minería apenas ha dejado una que otra migaja en las áreas del entorno de explotación, en un momento en que a nivel mundial los minerales han repuntado con altos precios.
na probable explotación minera en el corazón de estas montañas equivaldría a una afrenta contra la vida y la viabilidad del desarrollo en el Cibao Central. Las más groseras expresiones del comportamiento de la Falconbridge y Falcondo Xstrata Nickel, pueden ser comprobadas en las amplias extensiones de zonas montañosas convertidas en cráteres en las cercanías de Bonao y Loma Ortega, La Vega. Es la expresión de la arbitrariedad y el servilismo genuflexo de políticos carentes de algo importante que se llama valor y amor por su nación.
Los principales impactos ambientales generados por la minería son ampliamente conocidos. La minería a gran escala tiene impactos nocivos sobre el suelo, las aguas y el aire. La explotación minera de ferroníquel y múltiples metales como los que pretende llevar a cabo la
tristemente célebre Falcondo Xstrata Nickel, cuyo principal producto por razones de existencia superficial provoca la explotación a cielo abierto, dejando las consecuencias siguientes:
a) Contaminación a gran escala de las aguas de superficie y subterráneas con sustancias tóxicas, incluyendo el arsénico, plomo, cadmio, cromo, cianuro y mercurio, e incluso sustancias radiactivas, con impactos catastróficos en la fauna, la flora y la salud humana.
b) Drenaje ácido de rocas, en un proceso que acidifica las aguas subterráneas y de superficie, y que favorece la contaminación del agua con metales pesados, incluso siglos después de terminada la explotación de la mina.
c) Deforestación masiva y sequías por efecto de la desertificación y el agotamiento de las fuentes de agua.
d) Destrucción del hábitat de especies de animales y plantas en peligro de extinción, e incluso de ecosistemas enteros. Además de deteriorar el paisaje natural.
e) Impactos nocivos en áreas protegidas.
f) Contaminación del aire debido al polvo producido por la excavación y el constante tráfico vehicular, con impactos considerables en la flora y la fauna, llegando hasta los sectores residenciales urbanos, tal y como está ocurriendo en las urbanizaciones localizadas al sur y sureste de la ciudad de La Vega.
g) Emisiones de gases de efecto invernadero.
h) Alteración del clima, lo cual se expresa con fuertes olas de calor, tal y como se ha venido registrando en el municipio de La Vega, luego de la irresponsable explotación de Loma Ortega, cuyas temperaturas suben hasta a 36 oC, además de provocar el efecto de una mayor evapotranspiración, lo cual genera déficit entre la cantidad de humedad en comparación con la que se evapora.
i) Desaparición de nacimientos de agua, como ha ocurrido con varios de los arroyos que nacían en Loma Ortega y tributaban al Río Pontón.
Reiteramos el concepto que hemos expresado en otras ponencias, ninguna nación se desarrolla sobre la base de la depredación de sus recursos naturales, ni siquiera logra alcanzar a cubrir sus déficits de cuenta corriente.
No nos dejemos confundir ni engañar con expresiones rebuscadas, como aquella de “minería responsable”, cuando por sus hechos conocemos el comportamiento de todas las empresas mineras asentadas en República Dominicana. Otra prueba irrefutable de su negativa imagen es la compra del silencio, mediante la colocación de publicidad engañosa y atropellante al desconocimiento de una mayoría de la población.
Las operaciones de explotación minera han conllevado un alto costo ambiental y social para el país y, a escala mundial está contribuyendo al calentamiento global, que es el mayor problema ambiental que actualmente enfrenta la sociedad industrial.
Las autoridades dominicanas lucen taimadas, procurando en el horizonte económico fuentes de recursos inmediatistas, los cuales a la postre no alcanzan para resolver ni siquiera la más mínima de las demandas que tiene acumulado el pasivo social en nuestro país.
En caso de que las autoridades no actúen a tiempo, los seminarios, cónclaves, talleres y funciones de la Comisión Dominicana para la Mitigación del Cambio Climático y el Fomento del Desarrollo Limpio, se quedarán en meros discursos y palabras huecas, pagados con los impuestos de los contribuyentes.
H. ¿Conservación o Explotación Minera en Loma Miranda?: Un Dilema de Trascendencia Hacia el Futuro.
El gobierno dominicano está en el deber de mantener y conservar el conjunto de ecosistemas que se conjugan en Loma Miranda, a fin de no afectar la extraordinaria riqueza biológica, hídrica, ambiental, climática y escénica albergada en este macizo montañoso.
Tenemos que desterrar el paradigma minero, aquel de que todas las riquezas minerales que están bajo tierra tienen que ser explotadas y que tan solo están ahí para convertirlas en dinero, diríamos que más bien de las transnacionales, a las que les importa un comino el medio ambiente y las riquezas que componen los ecosistemas y su incidencia sobre la viabilidad de la vida.
O es que acaso nuestras autoridades pretenden hacerse los indiferentes con los convenios internacionales de los cuales la República Dominicana es signataria, entre otros del Protocolo de Kyoto, o se consideran que los compromisos de proteger la vida presente y futura, no es una cuestión de prioridad antes que los negocios mineros.
Si medimos los servicios ecosistémicos que produce la Reserva de la Biósfera Loma Miranda, tenemos que considerar su importante rol en el ciclo hidrológico, la regulación del clima y del agua, la producción de oxígeno, mitigación del calentamiento global y el cambio climático entre otros, su compensación parece insignificante, pero suficiente para convencer al gobierno de rescindir el contrato de explotar un área tan única como la mencionada.
Es motivo más que suficiente para estar indignado frente al comportamiento de la transnacional Falcondo Xstrata Nickel y las autoridades que aprobaron este afrentoso contrato, a pesar de que la indicada empresa aparentemente se considera poseer una “patente de Corso”, para mantener en el más absoluto secreto de estado “las facilidades” que le son concedidas por las instituciones gubernamentales, en un mero contraste y en vez de exigirle la remediación del pasivo ambiental en Loma Ortega y en los diversos cráteres en donde han sido explotados yacimientos desde el año 1972 en la provincia Monseñor Nouel.
La opción entre conservación y explotación minera en Loma Miranda adquiere una trascendencia simbólica, porque representa la alternativa entre el modelo actual de desarrollo, basado en la extracción y explotación no sustentable de recursos naturales y, un modelo futuro encaminado al respeto a la naturaleza, la diversidad cultural y la satisfacción de las necesidades humanas, incluyendo el disfrute de sus fuentes de agua y de la bellezas escénicas de sus paisajes.
El Estado Dominicano plantearía a la comunidad internacional una compensación económica por su renuncia voluntaria a la renta minera de Loma Miranda, en beneficio del medio ambiente, la biodiversidad y la riqueza hídrica de la zona. Este mecanismo permitiría al Estado Dominicano obtener un flujo indefinido de recursos para el desarrollo humano y sustentable, frente a la nefasta actividad minera, uno de los mecanismos más agresivos contra la biodiversidad.
El fondo de compensación puede capitalizarse a partir de distintas fuentes, entre las cuales pueden mencionarse donaciones de gobiernos, mecanismos de canje de deuda en el mercado de carbono por conservación, aportes de organizaciones internacionales de conservación y derechos humanos, y donaciones de ciudadanos de todo el mundo, quienes apadrinarían simbólicamente la conservación de la Reserva de la Biósfera Loma Miranda.
La conciencia mundial sobre los peligros del calentamiento global es creciente, por lo que una propuesta innovadora y avanzada como la que estamos sugiriendo, podría convertir al país en pionero en estrategias de desarrollo sustentable. El aporte de nuestro país para la mitigación del calentamiento global puede cuantificarse y representa un valor definidamente mayor a las utilidades que recibiría la República Dominicana si optase por la explotación minera.
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