Cosa tan rara pues los derechos del hombre terminan con la muerte del ser, al menos que el Gabo desde ultratumba haya ordenado esta persecución a María Fernanda Cabal
Por Fernando Balda
Abril 27 de 2014
Admito que Michael Jackson me parece fue un artista excepcional, un fenómeno sobrenatural. Su tema Billie Jean y el paso de baile que interpretó e inmortalizó al excéntrico artista. Hay muchas razones enmarcadas en el arte para sentir admiración por él. Sin embargo el hecho de ponerme a pensar sobre las denuncias de pedofilia y el mito a su alrededor sobre este tema, admito, me hace frenar un poco, y me preocupa el caer en admirar el arte producido por un supuesto monstruo violador de niños.
Relativo a esto son los casos de Gloria Trevi y O. J. Simpson entre otros, quienes han sido acusados y sentenciados por horrendos crímenes, lo cual produce una controversia moral, sentimientos encontrados, situaciones en las que por lo general ha mostrado supremacía la admiración por el arte, quedando como un susurro aquello atroz de lo que se acusó al artista.
Algo así pareciera que fue lo que motivó los comentarios de la Representante a la Cámara electa por Bogotá María Fernanda Cabal en su cuenta twitter sobre la muerte del nobel de literatura Gabriel García Márquez: “seguramente está en el infierno acompañando a Chávez” dijo. Tal afirmación es, claro, un juicio muy personal.
Yo, en lo personal, creo, por ejemplo: que el mismo Joseph Stalin, quien fue un despiadado asesino pudo haberse arrepentido de sus pecados en el lecho de su solitaria y agónica muerte en su casa del Kremlin el 5 de Marzo de 1953 y, tal vez no se encuentre hospedado precisamente en el infierno. Y, sin que nadie pueda tener la certeza si Stalin está a la diestra Dios, o a la siniestra del maligno, lo cierto es que su funeral fue apoteósico y masivamente concurrido por gente que lo lloró como a un mártir a pesar que este había ordenado torturar y asesinar sin piedad incluso a sus más cercanos colaboradores y hasta a los médicos que lo cuidaban en sus últimos días de vida.
El Papa Pío XII se refirió a su muerte diciendo: “ha muerto el anticristo”, Gabriel Arias Salgado Ministro de Información de España aseveró: “ha muerto el hombre que tenía un pacto con el diablo”. A pesar de estos criterios de figuras relevantes del acontecer mundial de ese entonces, Stalin había sido nominado al Premio Nobel de la Paz de 1945 y 1948. Lo cual resulta una paradoja o simplemente una muestra de que el mal se disfraza de bien y genera seguidores.
El funeral del Gabo ha sido con honores como era de esperarse. Decir que si está en el cielo o en el infierno es totalmente subjetivo, sin embargo, por tratarse que el difundo es una estrella de la literatura mundial y que quien hizo el comentario póstumo es una reconocida figura política de Colombia se ha armado tal escándalo que el mismo Gabo puede que se esté retorciendo en su tumba pero no por la crítica de Cabal, pues si Gabo era capaz de sacarle la lengua a la vida seguro era también capaz de soportar cualquier crítica, el retorcijo tal vez podría ser producido por una carcajada debido a la chismografía descriteriada generada a partir de la crítica, de la que, hasta un intrépido abogado haya aprovechado para provocarse sus quince minutos de fama demandando a una Representante a la Cámara por sus expresiones en twitter.
Cosa tan rara pues los derechos del hombre terminan con la muerte del ser, al menos que el Gabo desde ultratumba haya ordenado esta persecución a María Fernanda Cabal, misma que podríamos parodiar con el título de “el Abogado del diablo”, cosa que ni al mismo Stalin se le hubiera ocurrido en su momento hacer contra el Papa o el representante del gobierno español quienes no solo lo condenaron al infierno sinó que lo describieron como quien reina en ese lugar. Pero también pudiera ser que Gabo tiene al mejor defensor en las alturas aquel que siempre lo mantuvo iluminado y que para muchos lo tiene en su gloria.
Lo bueno del comentario de Cabal, es que sin duda se ha generado un debate sobre ética y moral, que pretende separar la genialidad del talento literario de la condición ética o posición política de los individuos: ¿cómo es posible que alguien que ha comulgado con Fidel Castro y otras figuras consideradas nefastas para la humanidad como el líder terrorista del ELN “Pacho Galán”, pueda ser tan admirado? ¿Cómo es posible que quien cometió cierta omisión ante los crímenes de terroristas pueda ser enterrado con honores y laureado por un país mutilado por el terrorismo? ¿Cuales si eran los méritos que en vida tuvo y que lo hicieron tan querido?
¿Porqué otros personajes importantes de Colombia y el mundo creen que García Márquez merece todos los honores y reconocimientos que la humanidad pueda ofrecerle? Esto es parte de la dicotomía existente, y un buen tema para debatir. Cabal se ha preocupado por exponer esta realidad sin miedo a la critica a la que de seguro sabía sería sometida por defender su posición demócrata y humanista documentada y por de más reconocida en Colombia, para eso también le dieron el voto los bogotanos, para defender posiciones, ella sabe muy bien lo que hace, siempre ha sido una acérrima defensora de los desplazados y masacrados por el narco-terrorismo, ya desde FUNDAGAN se las ingenió para colaborar en regalar una vaca preñada a la gente pobre, y de forma personal conseguirles empleo y dar ayuda humanitaria entre otras muchas gestiones.
Como es obvio, quien goza de la sensibilidad de un espíritu altruista no puede dejar pasar ciertos acontecimientos que aunque sensibles merecen la opinión y el escrutinio, más aún cuando le toca opinar sobre alguien con quien contrasta de su proceder, pues García Márquez amó confeso a Fidel Castro y su dictadura hasta el día de su muerte. Es así que en el caso de Cabal, sus opiniones, como en el caso de muchos, sobrevienen del impulso provocado por el conocimiento de causa, por un corazón que ha visto sufrir tanto, y al que le duelen los muertos, el hambre y la injusticia. Y que sobre todo no se someten al tabú que algunos intentan imponer, que sugiere: “que de aquellas cosas no hay que hablar, porque el hombre ya está muerto”.
Al final del día; Cabal, ha pedido disculpas públicas y reconoció que le faltó consideración hacia la familia del Nobel en su duelo, reconociendo que ha sido su posición muy personal y no compromete a Centro Democrático organización política a la que pertenece y aquello es plausible. Lo cierto es que, por encima de las disculpas, la demanda contra Cabal, los indulgentes, defensores o condenatorios comentarios de muchos, el comunicado de la familia pidiendo respeto al difunto, cien años de soledad, el Nobel, su ingenio y sus fotos tertuliando con terroristas, etc. El gran García Márquez, sin duda alguna, debe de estar en este momento en algún privilegiado lugar entre el cielo y el infierno. Sino entonces ¿para qué misa de réquiem? ¿para qué pedir por su alma?.
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