SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Sectores de la ultraderecha se han confabulado y ensañado contra el Ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, y utilizan una campaña de desinformación y manipulación sobre sus actuaciones al frente de las diversas actividades que le corresponden, por su cercanía con el presidente Danilo Medina.
La idea es que Montalvo salga del gobierno o erosionar su autoridad y que el presidente asuma el discurso de la derecha ultraconservadora, en especial con temas relacionados con la justicia, la aplicación de la sentencia TC/00168/13 y obstaculizar la puesta en ejecución de proyectos importantes como el que busca reducción de delincuencia a través de la línea 911, el Plan Nacional de Alfabetización “Quisqueya Aprende Contigo” y las comisiones de veeduría ciudadana, entre otros.
La campaña se ha repotenciado esta semana, con la supuesta revelación de un borrador de proyecto de ley de naturalización, prohijado por Montalvo y su equipo interdisciplinario, que ha sido leído en canales de televisión, publicado en portales de la internet y sobre el que se han pronunciado comentaristas de programas de radio. De acuerdo con los datos recibidos por Acento, una semana después del 27 de Febrero, todavía el gobierno no tiene un proyecto de consenso.
Existen alrededor de media docena de propuestas, lo que evidencia la enorme variedad de opiniones que se tienen a lo interno.
Los partidarios de la sentencia TC/00168/13 creen que es innecesario tener una ley de naturalización en los términos planteados, que los efectos de la sentencia son definitivos y no deben ser tocados de ninguna manera.
Otros piensan, como dijo en un momento el presidente Medina, que hay que buscar un entendimiento con el tema de los derechos humanos y el efecto retroactivo perverso, que no coincide con la visión de la comunidad internacional ni con el espíritu y los principios de la Constitución dominicana de 2010.
El gobierno dominicano está expuesto a críticas, posibles sanciones y condenas internacionales por menos de treinta mil (30,000) personas descendientes de extranjeros de más de cien (100) nacionalidades (en su mayoría: haitianos, norteamericanos, españoles, ingleses, chinos, holandeses, cubanos, franceses, japoneses, colombianos, venezolanos, italianos, libaneses, alemanes, mexicanos y canadienses) que nacieron aquí, han vivido y siempre han sido considerados como dominicanos, y al mismo tiempo fueron dotados por el Estado de actas de nacimiento y cédulas desde hace décadas pero ahora se les pretende desnacionalizar y “hacerlos” extranjeros.
Uno de los temas sobre los que se ha tejido una historia falsa es el supuesto enfrentamiento entre el los Ministros de la Presidencia y de Interior y Policía, Gustavo Montalvo y José Ramón Fadul, en una reunión de trabajo el pasado martes 25 de febrero en la tarde sobre la que la prensa tuvo conocimiento por el incidente que tuvo lugar en ella.
Según la dramática versión puesta a circular por la ultraderecha, el debate casi habría llegado “a vías de hecho”, al decir de esta “casi hubo trompadas”. Según la misma versión interesada, Fadul, Pina Toribio y Rosario Márquez se habrían marchado de la reunión rechazando los planteamientos de Montalvo sobre el proyecto de ley de naturalización y amenazando los dos primeros con renunciar a sus cargos. La realidad y los testimonios recogidos por personas que se encontraban en el Palacio Nacional ese día indican que nada de esto sucedió de la forma como lo cuentan los ultranacionalistas.
Según protocolo, el martes 25 de febrero se realizó una reunión a con la Junta Central Electoral para escuchar detalles del proyecto de nueva cédula y sus capacidades para apoyar algunas iniciativas del gobierno, entre ellas: el sistema 911 anunciado recientemente y los programas especiales de la presidencia.
La prensa reseñó que estaban presentes Gustavo Montalvo, José Ramón Fadul, César Pina Toribio, José Manuel Trullols, Luis Molina y Roberto Rosario.
Desde su llegada Fadul informó que se iba a tratar el tema de la ley de naturalización. Sin embargo, según se pudo saber, la introducción de la reunión fue aprovechada para plantear algunas inquietudes que habían llegado al gobierno sobre las prácticas y procedimientos asociados al registro de nacimientos y la emisión de documentos de identidad.
José Ramón Fadul dejó saber que no estaba de acuerdo con el enfoque de la reunión. Y evidente estaba molesto, o por lo menos eso era lo que su rostro transmitía cuando salió al baño en al menos dos ocasiones.
Sin embargo, Roberto Rosario reconoció que en un sistema complejo y de tantos millones de casos como el Registro Civil podían darse situaciones que ameritaban atención, pero que cualquier error o mala práctica no debía interpretarse como políticas de la institución para perjudicar a nadie.
A pesar que eran pasadas las seis de la tarde y no se había tocado el tema de la nueva cédula, se procedió a dar lectura en voz alta a un borrador del anteproyecto de ley de naturalización. Fadul interrumpió para decir que no estaba de acuerdo a pesar de que no se había leído.
El documento se leyó y los presentes aparentemente lo comentaron unos minutos, trascendiendo únicamente que no había mayores diferencias. Finalizado el tema, se dice que Luis Molina informó que en una reunión previa se había discutido la implementación de los sistemas biométricos para el Plan de Regularización y en los módulos de Migración de los aeropuertos y puntos fronterizos del país y la posibilidad de coordinar con la JCE para aprender de la experiencia de esta institución con tales sistemas.
Le pidieron entonces a Rosario explicar las capacidades del sistema de la Junta y la posibilidad de, en lo que se hace concluye la licitación de los equipos del plan de regularización de extranjeros ilegales, se pudieran usar los equipos de su institución.
Él, aparentemente, accedió gustosamente. Quizás los convocados a la reunión de la “trifulca” no se habían percatado pero afuera, a dos metros de la puerta del Salón Hermanas Mirabal, se encontraba reunida la prensa acreditada en el Palacio Nacional que atenta al abrir y cerrar de la puerta, esperaba y escuchaba.
José Ramón Fadul explotó súbitamente y sugirió que ese tema ya se había discutido y lo acordado había sido que Interior y Policía trabajaría eso con su plataforma del Sistema de Armas (SIDA) inaugurado hace unos meses. Le fue señalado que se había acordado plantearlo a la JCE porque no se tenían los equipos, ya que la licitación toma algunos meses.
Fadul vociferó: “¿Ustedes creen que yo estoy loco?” Preguntaba si lo querían tomar “de relajo”, e insistía entre gritos que eso ya estaba discutido y que él lo no aceptaba de ninguna reforma.
Mientras exclamaba de forma iracunda que se retiraba del salón, la prensa aprestó sus micrófonos y sus cámaras ante la inminente salida del Ministro. Mientras las palabras de Fadul reverberaban en los pasillos del primer nivel del Palacio Nacional. Todos, afuera y adentro del Salón, estaban atónitos. No era para menos. Aparentemente lograron detenerlo y persuadirlo de no salir. Hubo un silencio sepulcral por varios segundos. Se escuchó a Montalvo sugerir en tono firme que no había que alterarse ni llegar a esos extremos y que no había problemas con la JCE pues la cooperación era necesaria, ya que ahorraría tiempo y dinero para iniciar el plan.
El Ministro Fadul replicó que a él no podía pasársele por encima y que estaba dispuesto romper sus buenas relaciones con todos.
Montalvo, enfático y subiendo el tono explicó que había formas para abordar los temas y que esa era incorrecta e inaceptable.
Fadul continuó vociferando y dijo enfáticamente que se retiraba. Segundos después, los periodistas lo captaron raudo y exasperado rumbo al segundo nivel de la casa de gobierno.
Momento seguido y con evidente muestras de estupor en sus rostros salieron los demás que estaban en el salón.
Pina Toribio fue el único que se detuvo en el pasillo a hablar con la prensa, a la que informó que se trabajaba en una fórmula para satisfacer a los diferentes sectores de la sociedad y que había posibilidades de que el proyecto de ley de naturalización se presentara al Congreso Nacional el día 27 de Febrero. Una semana después aparecieron algunos documentos en manos de comentaristas de televisión y de radio que ellos dicen fueron los leídos en ese encuentro.
Acento no ha podido verificar de manera independiente que los que circulan fueron los tratados en esa reunión.
Un punto más: Es evidente que el proyecto de Ley de Naturalización no existe, porque no hay consenso en el gobierno.
Una lección: en las reuniones donde se alza la voz, siempre hay alguien cerca que escucha.
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