Prevenir. Siempre es bueno detenerse, hacer una reflexión y proponerte nuevos desafíos. Para hacerlo bien, lee estos consejos que te damos aquí.
Observa tu vida. No tengas miedo a mirar hacia atrás, reflexionar sobre los cambios que has hecho en tu vida, pensar en cuáles fueron tus pensamientos, tus razones, tus errores…
Mira hacia el futuro. Tómate algo de tiempo para escribir en qué te quieres convertir, qué quieres vivir, qué van a decir de ti cuando tengas 80 años…
Pregunta a tus amigos lo que ellos ven. Las respuestas te darán una idea más precisa de cómo eres en tu proyección externa.
Déjate inspirar. Profundiza en los demás para saber lo que ellos entienden por misión y pregúntate si su versión se acerca a la tuya o si se puede complementar.
“Elige” tus valores. A veces estamos confusos con respecto a nuestros propios principios. Sencillamente, pon tus valores favoritos en un listado y dale una nota del 1 al 10.
Cuestiónate siempre. Si has hecho lo anterior sería muy bueno que te preguntes: ¿Qué precio estoy dispuesto a pagar para realizar lograr mis objetivos?
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