Un día almorzando con mi hija Nathalie veíamos un homenaje que le hacían a Sammy Sosa y se tocó el Himno Nacional Dominicano. Ella me dijo que se sabía esa cancioncita pues la cantaban todos los días en su colegio. El ritual continúa. La patria se levanta todas las mañanas en las voces de sus proyectos ciudadanos y la música de José Reyes Siancos.
El compositor de esa vibrante pieza musical fue un músico autodidacta que vivía en un bohío de la actual calle Arzobispo Nouel. Fue soldado, compositor y músico de varios instrumentos. Era hijo de un pequeño comerciante de la zona colonial llamado Rafael Reyes y de María Siancos que lo trajo al mundo el 15 de noviembre de 1836.
En principio este himno compuesto en 1882, una de las varias piezas compuesta por José Reyes, llevó letras de César Nicolás Penson, Francisco Henríquez y Carvajal, José Joaquín Pérez, José Dubeau y Emilio Prud¥Homme.
La pieza se estrenó en Santiago 1883 con motivo del XX Aniversario de la Restauración de la República y el 27 de Febrero de l884 en un homenaje a Juan Pablo Duarte en el Teatro La República con motivo de la llegada de los restos del Padre de la Patria que fueron depositados en la Capilla de los Inmortales. Para esa ocasión el abogado y educador, Prud¥Homme, le hizo arreglos. Al año siguiente el Himno fue ejecutado por la banda militar bajo la dirección del maestro Betances en la Plaza de la Catedral y su popularidad creció más con su ejecución para el Cincuentenario de la República. Fue propuesto entonces para himno nacional pero hubo disputas políticas. No se pudo lograr la aprobación bajo el gobierno de Ulises Heureaux. La pieza siguió ejecutándose de manera informal.
En 1905 José Reyes, a los 68 años, entregó la vida. Su música fue reconocida 29 años después bajo el gobierno de Rafael Trujillo. El 3 de mayo de 1934, mediante la ley número 700 se consagró la pieza de José Reyes y Emilio Prud¥Homme como el Himno Nacional de la República Dominicana. Se hizo obligatoria su ejecución en los actos oficiales.
Los autores del Himno no recibieron en vida reconocimientos por la pieza musical más exaltada por los dominicanos. Hoy más que nunca se hace necesario admitirlo. Acroarte puede hacer justicia con un galardón póstumo.
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