La situación de los militares ucranianos en la zona de Crimea se complica cada día más, a falta de instrucciones precisas de parte de las autoridades. Por un lado el juramento militar, y por el otro sus familias que viven en la península desde años o incluso generaciones atrás.
Las opciones no son muchas: mantener sus posiciones dentro de las fuerzas de Ucrania, o pasar al lado del ejército Ruso.
La fuerza militar ucraniana destacamentada en Crimea suma 14,000 activos, entre oficiales y soldados, más de 1000 unidades de medios de transportación y decenas de miles de armamento entre naval, terrestre y aéreo.
Un acto casi heroico emprendieron hoy los cadetes de la escuela naval en Sevastopol: durante el izamiento de la bandera rusa cantaron el himno ucraniano.
Por otro lado, una buena parte de las tropas de la defensa terrestre optaron por quedarse en Crimea con sus familias y dejaron el ejército ucraniano.
En Ucrania, igual que en Rusia y en la mayoría de los países ex soviéticos, las familias de los militares siempre han sido dotadas de vivienda y de facilidades de trabajo en los lugares de servicio de los oficiales – trátese de la franja fronteriza, ciudades o países extranjeros en su momento histórico, como Alemania Democrática, Checoslovaquia, Yugoslavia u otros del ex bloque socialista. Por lo general, en las ciudades con presencia de zona militar, existen complejos habitacionales con toda la infraestructura necesaria para las familias de los miembros del ejército.
Hoy, Rusia lanzó el ultimátum a los integrantes de la fuerza naval ucraniana: pasan al lado ruso o se retiran de Crimea. Si no hay decisión pronta, no se descarta que la flota rusa empiece a tomar por fuerza los barcos ucranianos.
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