martes, 27 de enero de 2015

MAL TIEMPO Nieve cambia el ritmo de Nueva York.



Nueva York
Filas de gente esperando bajo la nieve en la puertas de los supermercados, otros partiendo temprano en una estación central vacía, Broadway sin espectáculos y el transporte público cerrado. La tormenta de invierno Juno logró lo imposible: frenar a Nueva York, la ciudad que nunca duerme. 
“Habitualmente vuelvo a casa a las 6, 6:30 pm. Pero hoy me estoy yendo un par de horas más temprano. Parece que esta vez es más que ruido”, dice Joseph Burke, un abogado que vive en los suburbios, de pie en el hall de Grand Central Terminal, uno de los puntos neurálgicos de la ciudad donde apenas se veía gente pasadas las 16H00 locales (21H00 GMT).
La llegada de la colosal tormenta de nieve, anticipada por las autoridades como una de las “más fuertes jamás vistas”, provocó excepcionales medidas de prevención, entre ellas el cierre del transporte público a partir de las 23H00 locales. 
Joseph Burke, como muchos neoyorquinos, trabajará desde casa hoy martes, tal como lo aconsejaron el gobernador del estado, Andrew Cuomo, y el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio. 
En Union Square, en el sur de Manhattan, la gran estación de metro también mostraba un panorama más bien desolador. Afuera, la plaza siempre repleta también está vacía. Solo en la puerta del supermercado Whole Foods Market se ve un amontonamiento de gente a pesar de que la nieve y el viento arrecian. 
Además de volver a casa temprano, la otra gran prioridad era tener suficientes provisiones para no sufrir durante el “acuartelamiento”. “No tengo comida. Necesito sí o sí conseguir provisiones. Quién sabe si mañana voy a poder salir de casa”, dice Rosa Ramírez, una dominicana que trabaja en una tienda y también logró irse más temprano. “Lo que no sé es cuánto tiempo voy a tener que esperar”, agrega sorprendida por el gentío que bloquea la entrada del comercio. 
Mal momento para turistas 
“Tuvimos fila en la calle todo el día”, confirma en ese sentido una empleada del supermercado, precisando que se esforzaban para que la gente no esperase demasiado y entrase “rápido”.
 “Por ahora tenemos suficientes proviciones para todo el mundo”, señala al ser consultada sobre una posible escasez de productos. De todos modos, el supermercado cerró ayer tres horas antes de lo habitual para “garantizar que el personal y los clientes pueden llegar a salvo a sus casas”.

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