domingo, 11 de enero de 2015

Lactancia después de la reincorporación al trabajo.

La leche materna es el alimento idóneo para el bebé porque contiene todos los elementos nutritivos para su desarrollo, el bebé la digiere fácilmente, protege de las infecciones y de las alergias. Y además y no menos importante estrecha los lazos materno filiares, no apacigua solamente el hambre del bebé sino que responde a la necesidad innata del niño de sentirse al abrigo y al calorcito de su madre. A experimentar la ternura y el cariño y a su vez sentirse protegido. Está demostrado que estos momentos y esta relación con la madre son de vital importancia para el desarrollo psicológico del pequeño.

Actualmente la mayoría de los pediatras recomiendan la lactancia exclusiva hasta los 6 meses de vida y a partir de esta edad ir introduciendo nuevos alimentos y no antes. Podríamos decir que esto ya es un paso en favor de la lactancia materna, pues hasta no hace muchos años (nuestras madres lo hacían) los alimentos sólidos (papillas de cereales y fruta) empezaban a darse con sólo 3 meses para complementar a la leche. Aunque una cosa no quita a la otra, es recomendable que la introducción de alimentos sólidos en la dieta del bebé se acompañe al menos al principio de la leche materna. 

Si bien cuando la madre trabaja fuera de casa la cosa se complica. Desgraciadamente tenemos una de las bajas maternales más corta de Europa y con sólo 4 meses de baja aunque rasquemos de aquí y de allá días de vacaciones y juntemos el permiso de lactancia sigue siendo muy escaso. Pero todo es posible, con empeño, es cuestión de organizarse, extrayendo la leche en los momentos de descanso por ejemplo por la mañana o por la noche al llegar a casa. 
Para saber las pautas de almacenamiento de la leche a mí me sirvió una web muy interesante en la que se explica todo al detalle.

Lo más importante para las que trabajáis fuera de casa es saber que la leche puede conservarse varios días en buen estado en la nevera o refrigerador y hasta 3-4 meses en el congelador, así que podéis extraerla con un sacaleches o incluso manualmente (yo lo hacía así, compré un sacaleches y al final no lo usaba porque era más fácil y más rápido sacar la leche con mis propias manos y menos engorroso, ya que no tenía que fregar luego todos los cacharros). 
Lo ideal es extraer un poco de sobra para tener en el congelador en caso de emergencia y sacar en el mismo día la que se vaya a tomar el bebé, si la dejamos en la nevera la persona que cuide del bebé mientras estamos trabajando podrá darle la leche en un biberón. 

 La reincorporación al trabajo puede ser un momento muy difícil y estresante pues al fin y al cabo supone una separación con el bebé con el que hasta ahora pasábamos todo el día. Como todo hay que tomarlo con calma y no venirse abajo, si lo hacemos así probablemente podamos seguir con la lactancia sin ningún problema. 
 ¡A todas las mamás que tienen que reincorporarse al trabajo después de la baja, ánimo y a seguid disfrutando de la bendición que supone ser madres! 

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