El papa Francisco entró ayer jueves en el duro debate sobre la libertad de expresión que ha generado la matanza en la sede del semanario francés Charlie Hebdo, al afirmar que ese “derecho fundamental” no autoriza a “insultar” la fe del prójimo.
En el avión que lo llevaba de Sri Lanka a Filipinas, donde inició ayer una visita de cinco días, Francisco afirmó que asesinar en nombre de Dios es una “aberración”, pero insistió en que “la libertad de expresión” no da derecho a “insultar” la religión del prójimo.
El pontífice se refirió así al ataque de la semana pasada contra Charlie Hebdo en París, en el que murieron 12 personas, a manos de yihadistas que reprochaban a la revista satírica mofarse del islam. “Matar en nombre de Dios es una aberración”, dijo a la prensa Francisco. Sin embargo, el pontífice consideró que “todas las religiones tienen su dignidad” y “hay límites”. “No se puede provocar, no se puede insultar la fe de la gente, reírse de ella”, insistió, y aseguró que “la libertad de expresión es un derecho y una obligación que debe utilizarse sin ofender”.
Bastión del catolicismo El papa argentino hizo esas declaraciones antes de aterrizar en Filipinas, apasionado bastión del catolicismo en Asia, iniciando una visita que se prevé congregue a inmensas muchedumbres de fieles.
Las campanas de las iglesias empezaron a repicar en todo el país cuando el pontífice aterrizó en Manila procedente de Sri Lanka, nación de mayoría budista que había visitado previamente.
Este segundo periplo del papa argentino en Asia, tras su viaje a Corea del Sur, está destinado a alentar a una región percibida como tierra de porvenir para el catolicismo. Los católicos representen apenas un 3% de la población asiática.
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