viernes, 6 de junio de 2014

Minería parece abuso ambiental.



yo le agregaria que de mi parte lo considero mas que un abuso...y que estos mangansones de las mineras debieran irse a jurungar la tierra que les pertenece a ellos y no ingerir en nuestro soberano suelo que le corresponde anuestros hijos y descendencias...dejemonos de vainas y hagamosle saber a esos malditos que nuestro suelo es sagrado y que costo mucha sangre y sacrificio de nuestros pro hombres para ahora querer cometer toda clase de astrocidades contra nuestro hu,milde suelo patrio,abusando de nuestra hozpitalidad....rafael carlos perdomo.
por alfredo freites.Es un deseo arraigado en la investigación científica que la decisión de declarar Parque Nacional a la Loma de Miranda por parte de los senadores no esté guiada por el populismo.
Todo indica que una gran parte de la población de Bonao quiere preservar silvestre esa área, no obstante, se sabe que personas quizá vinculadas a la Falconbridge tienen un deseo distinto.
El telón de este tema aún no cae del todo. Lo que respalda la intención de convertir en parte la citada Loma es todavía un informe de un ala congresual, se espera que en el debate surjan las chispas que incendian la pradera.
Entre los agentes de la oposición hay diferencias. Miguel Vargas Maldonado, es decir, con él y en el Partido Revolucionario Dominicano expresan su apoyo a la comunidad conservacionista; mientras que Hipólito Mejía manifiesta inclinación por la explotación industrial, aunque una parte en la voz de Ramón Alburquerque tiene opinión contraria.
En lo adelante se verá cómo es en realidad el voto oficialista porque son mayoría en el Congreso y también se traducirá en opinión de rechazo los diputados que apoyan a Hipólito.
Este tema de Loma de Miranda es un escenario de ensayo de un problema estratégico.
Es como un laboratorio de prueba de lo que pasará en lo adelante con la minería.
Como país en vías de desarrollo tenemos por delante la explotación minera como una vía no sólo de generar empleos y sub empleos sino también divisas.
No obstante esa realidad, el otorgamiento de zonas de exploración que podrían volverse exitosas deberá tener una ringlera de acápites donde se consigne el uso de los beneficios que deje tal explotación.
La población ignora qué se ha hecho con los beneficios que dejó en su momento la exportación del ferroníquel por Falcondo, el doré de la Rosario o qué se hace con la Refinería Dominicana de Petróleo. Claro que el Estado ha usado esos recursos para el bien del país, pero debería aplicarse un porcentaje destinado a la comunidad donde esté enclavada la explotación, y hacerlo saber.
También, crear los mecanismos fieles de seguimiento a la actividad para amortiguar el daño ambiental, porque debemos partir del principio de que toda actividad humana es contaminante.
Los dominicanos debemos preguntarnos si sirve para algo tener recursos mineros que no se exploten. Hoy es Loma de Miranda, mañana podría ser el petróleo. 






























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