viernes, 13 de junio de 2014

Conoce cómo el consumo de alcohol afecta a tu organismo.

El consumo de alcohol es una conducta que, si bien puede parecer inofensiva, podría provocar daños a nuestro cuerpo y mente.

alcoholAlgunas personas tildaron esta noticia como graciosa, o incluso motivo de orgullo nacional, pero la verdad es que el alza en el consumo de alcohol es preocupante, no solo por el daño social que puede generar en una persona y su entorno, sino que además por los problemas físicos y sicológicos que puede desencadenar.
El alcohol no tiene por qué ser dañino a nuestro organismo, siempre y cuando se consuma en forma moderada. Muchos dicen que una copa de vino tinto cada noche puede ayudar a nuestro corazón.  Sin embargo, muchas veces nos olvidamos de la moderación, y la ingesta de alcohol llega a cantidades que afectan a nuestro organismo en forma negativa.
El doctor Hernán Elzo, psiquiatra de Vidaintegra, señala que lo primero que hay que tener en cuenta es que “existe una barrera entre la sangre y el cerebro que el alcohol logra atravesar sin dificultad, incidiendo rápidamente en nuestras funciones motoras”.

Lo que pasa cuando bebemos

La primera señal que indica que el alcohol ya llegado a nuestro cerebro se encuentra en nuestro comportamiento. “Las personas se ponen más graciosas, empiezan a decir cosas que no dirían habitualmente. Incluso, algunos más susceptibles pueden perder el control. Va a depender de las características sicológicas de la persona, por ejemplo, algunos son más introvertidos, otros aumentan su conducta sexual o pueden llegar a ser agresivos”, indicó el especialista.
“Cuando ingerimos alcohol se produce un adormecimiento de la corteza del cerebro y si bien,  una copa es una dosis muy baja para generar grandes daños, existen áreas más sensibles, como la motora, donde se producen problemas de coordinación y reflejos”, agrega el especialista.
Es por esto que conducir bajo los efectos del alcohol se convierte en algo altamente peligroso, tanto para el que bebe como para su entorno. “Las consecuencias pueden ser serias. Una persona que, por ejemplo, marque 0,3 gramos de alcohol en la sangre, tiene mayor probabilidad de sufrir un accidente si se compara con alguien que no ha bebido, independiente de si la persona se siente bien para manejar. Desde el punto de vista científico, si una persona ha bebido no debería manejar”, agrega el doctor.

Efectos a largo plazo

Beber en forma excesiva a lo largo del tiempo tiene consecuencias mucho más complejas. “El cerebro ‘aprende’ que el alcohol es una sustancia placentera, convirtiéndolo en adicción’, señala el psiquiatra.
Otra de  las consecuencias graves que puede ocasionar el consumo excesivo de alcohol, es la demencia provocada por la falta de vitamina B en el organismo. El alcohol disminuye la absorción de este complejo vitamínico esencial. “Esta demencia puede convertirse en un grave problema, porque muchas veces son irreversibles”, explica el especialista de Vidaintegra.

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