JARAMILLO, Montecristi.- Centenares de dominicanos nativos de nueve comunidades fronterizas en las llanuras del río Yaque del Norte, abandonaron sus casas, sus tierras y se llevaron sus animales, en una peregrinación que recuerda las devastaciones de Antonio de Osorio entre 1605 y 1606.
La migración masiva de dominicanos se produjo en Jaramillo, La Juliana, La Cabuya, Senita, Isabel de Torres, El Gómez, batey Madre, batey Isabel y Walterito, en una franja que va desde Cañongo (Dajabón) hasta Copey (Montecristy).
Se recuerda que el gobernador Antonio de Osorio trasladó las poblaciones de Montecristy, Puerto Plata, Bayajá y Jaguana, dando lugar a las ciudades de Bayaguana y Monte Plata.
También se recuerda que las devastaciones de Osorio dieron origen al Santo Domingo Francés, que luego se convirtió en la República de Haití.
La salida de los dominicanos de esas comunidades es de tal magnitud, que casi todas las escuelas han sido cerradas por el ministerio de Educación, por falta de alumnos dominicanos.
En Jaramillo la escuela básica, construida por la Unión Europea, fue cerrada debido a que no llegaba a reunir a quince niños dominicanos.
Tras el cierre, desconocidos robaron las puertas, ventanas, el sanitario y cuánto de valor había en el lugar.
El Distrito Escolar 13-01 cerró el pequeño plantel de manera definitiva atendiendo una disposición del Miniterio de Educación, que obliga al cierre de las escuelas con menos de 15 alumnos.
Igual suerte corrió la escuela de La Juliana donde los niños que asistían a clases, no llegaban a doce.
El abandono
Moradores haitianos de Jaramillo y La Juliana dijeron que los dominicanos nativos de esos lugares cansados de luchar en un lugar donde no tenían agua potable, electricidad, ni dispensario médico.
Joseph Athis, un bracero haitiano residente en Jaramillo I, explicó que de 83 casas 82 fueron abandonadas debido a lo cuala fueron ocupadas por compatriotas suyos.
Aseguró que muchos dominicanos dejaron sus tierras abandonadas, pero regresan cada cierto tiempo para evitar que otros se las roben.
Athis, quien trabaja en una empresa exportadora de guineos, dijo que otros dominicanos han dejado sus tierras a braceros haitianos a cambio de una parte de las cosechas.
Jaramillo, La Juliana, Senita, La Cabuya, Isabel de Torres, El Gómez, Walterito, batey madre y batey Isabel, parecen pueblos fantasmas con casas sin techos y paredes carcomidas.
Estas comunidades que formaron parte de las poblaciones aledañas a la Grenada Company, están dentro de un radio de 60 mil tareas que fueron propiedad de la empresa bananera.
Haitianos
Los agricultores haitianos que viven en las nueve comunidades abandonadas por los dominicanos sobreviven realizando labores en los campos y ganaderas en fincas de la zona.
Más de tres mil haitianos se ganan la vida como cultivadores, transportadores y lavaderos de guineos entres grandes empresas exportadoras del producto.
Cuando no ganan dinero los haitianos viven de los “rechazos” los cuales comen hasta con aceite, ”si no tienen mextura con qué acompañarlos”.
Algunos han hecho pequeños conucos, hasta en el patio de la cerrada escuela, donde cosechan plátanos, yuca, batata, guandules, auyama, y otros productos.
Mucha gente se pregunta qué harán las autoridades para que las comunidades abandonadas por los dominicanos vuelvan ser como antes, aunque todos coinciden que la falta de oportunidades fue la razón principal para abandonar el lugar.
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