El alcalde de Caracas, el oficialista Jorge Rodríguez, anunció ayer que en los próximos días "van a aparecer" más pruebas que implican a funcionarios estadounidenses en un supuesto plan de magnicidio en contra del presidente venezolano, Nicolás Maduro.
"En los próximos días van a aparecer otras pruebas documentadas de la participación de funcionarios del Departamento de Estado en todo este evento", señaló Rodríguez, dirigente del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), durante un foro internacional sobre la "conjura mediática" contra Venezuela que se celebra en Caracas.
Rodríguez denunció el pasado 28 de mayo "un complejo plan dirigido a acabar con la paz" que incluía un "magnicidio" y un "golpe militar" que, según dijo, ya fue abortado.
Para apoyar esa denuncia, Rodríguez mostró varios correos electrónicos en los que se podían leer supuestos mensajes a diferentes actores de la oposición venezolana, uno de ellos mencionando al nuevo embajador de Estados Unidos en Colombia, Kevin Whitaker.
El alcalde indicó hoy que el presidente venezolano entregó "un cometido" al alto mando político del Gobierno venezolano para que denunciara este supuesto plan de magnicidio, una "obligación" que, según dijo, tiene Maduro "como jefe de Estado".
Maduro afirmó el pasado martes que pedirá explicaciones "oficiales" al Gobierno de Barack Obama por la supuesta implicación de funcionarios estadounidenses del "más alto nivel" en este plan para acabar con su vida.
El Departamento de Estado ha calificado esas acusaciones de "totalmente falsas e infundadas".
Desde el año pasado el Gobierno venezolano viene denunciando de manera reiterada planes de magnicidio y de intento de golpe de Estado de diverso tipo en el país, en los que ha involucrado a Estados Unidos y al expresidente colombiano Álvaro Uribe.
Venezuela y Estados Unidos mantienen sus relaciones en uno de sus puntos más bajos desde que en 2010 se quedaron sin embajadores.
Desde febrero pasado se registran en las calles de Venezuela protestas contra el Gobierno de Maduro, con incidentes violentos que han dejado más de 40 muertos.
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