Los agroexportadores de Constanza enviaban un promedio semanal de US$400,000 – unos 18 millones de pesos -a Estados Unidos y -en menor cantidad- a Haití en 20 contenedores con tomates, pimientos, pepinos y otros frutos antes de que esos países prohibieran la importación de una lista de productos agrícolas dominicanos por la detección de la mosca del Mediterráneo en Punta Cana, al Este de la isla, según informó a DL el presidente del Clúster Hortícola, Raudy Cruz.
Cruz indicó que en otoño e invierno, cuando hay temporada alta de pimientos, se exporta cada semana un promedio de US$550,000 en los contenedores. Un contenedor de pimientos -que pesa entre 20 mil y 25 mil libras- cuesta entre US$22,000 y US$25,000. Uno consolidado con varios frutos puede llegar hasta los US$30,000, como -asegura el productor- ha ocurrido en las dos últimas semanas.
“Dependemos, para poder cubrir costos y rentabilidad, de exportar, de lo contrario una sobreoferta repentina crea un caos nacional”, alerta Cruz, quién dio estas informaciones vía telefónica tras reunirse con tres empresas exportadoras de Constanza.
El presidente del Clúster Hortícola de Constanza expresó que se enteraron de la presencia de la mosca en el Este del país por el comunicado de la prohibición, pero que allí no tienen la plaga. “Desde hace aproximadamente una década, en Constanza se monitorean todas las zonas de invernaderos y alrededores con trampas y aún no se ha detectado presencia de la mosca del Mediterráneo (Ceratitis capitata)”, indicó.
El pasado viernes, el presidente de la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD), Osmar Benítez, dijo que la empresa Canadian Fruit & Produce estaría interesada en comprar los productos que prohibieron tanto Estados Unidos como Haití. Sin embargo, los productores de tomates y pimientos de Constanza aún no han recibido propuestas de Cánada ni otro país para comprar estas hortalizas luego de la medida.
Cruz expresó que en Constanza hay 1, 311,000 metros de invernaderos que producen pepino (80%), pimientos (10%) y tomates (10%) que “desde ya se están viendo afectados” y destaca que aunque Estados Unidos no prohibió la importación de pepino dominicano, Haití sí lo hizo.
La inversión en estos invernaderos es de unos RD$350 millones -detalla- y el 72% de ellos ha sido construido con financiamientos del Banco Agrícola y otras entidades financieras por su alto costo, que puede llegar hasta los US$39 por metro.
La situación -explica- es peor en San José de Ocoa, donde dice que se exportan aproximadamente 35 contenedores semanales con pimientos y tomates.
“Lo que más nos preocupa de todo esto es que lo que se produce en invernaderos necesariamente tiene que ser para exportación. Nuestra población en su mayoría es clase media baja y baja y sus ingresos no lo destinan a comer pepinos (persa, el grande, y slicer -el pequeñito, pepinillo-). Y aunque el tomate es de alto consumo, la venta destinada a exportación, si la introducimos al mercado nacional, se deprimen los precios y las pérdidas aumentan”, comenta Cruz.
Los mercados de exportación tradicionales de Constanza son Estados Unidos, las islas del Caribe, Haití y Puerto Rico. La distribución de productos destinados para estos mercados cada semana es de 10 contenedores de pepino, seis de pimientos, cuatro de tomates y otros cuatro contenedores consolidados con diferentes frutos, entre los que destacan el aguacate, limón, mango, pimientos, tomate y pepino.
Cruz expresó que la última carga a Haití se envió este sábado y hasta el atardecer no tenían información de problemas en el segundo socio comercial del país, que el viernes anunció que igual que Estados Unidos prohibían la importación de frutas y vegetales procedentes de la República Dominicana.
Los productos vedados por el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal (Aphis), de Estados Unidos, son el aguacate, pimientos, mandarina, zapote, pomelo, uva, toronja, mango, limón, naranja, tomate, lechosa tuna (un fruto del cactus), entre otros menos conocidos.
El pasado 16 de marzo el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) de Argentina decidió implementar un plan de emergencia fitosanitaria tras la detección de un ejemplar de la mosca del Mediterráneo en Río Negro, en la Región Patagónica, luego de que también detectara otra mosca el pasado 10 de febrero en la misma zona. Sin embargo, a pesar de la detección de la mosca, la Región Patagónica no pierde el reconocimiento internacional como Área Libre de Mosca de los Frutos, conforme a una publicación en la web del Senasa.
La agencia AFP informaba este sábado que cada semana se liberan en Argentina unos 240 millones de machos esterilizados con radiación nuclear para que copulen con las hembras silvestres de la mosca del Mediterráneo y así erradicar la plaga.
La agencia francesa indica que en la bioplanta del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (Iscamen) se producen unos 300 millones de machos semanales para cubrir el país y exportar, especialmente a España y Brasil.
El 15 de marzo la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó que las autoridades en Chile habían instalado más de 800 trampas por la captura reciente de un solo ejemplar de la mosca del Mediterráneo. La información detalla que el país mantiene un programa de monitoreo permanente y que Chile tampoco ha perdido el reconocimiento como país libre de la plaga.
Entre las medidas que han tomado las autoridades argentinas están la recolección y enterramiento de los frutos caídos en la zona donde se detectó la presencia de la mosca,
No hay comentarios:
Publicar un comentario