martes, 8 de abril de 2014

La gran mayoría de las madres no reconoce la obesidad de sus hijos

Creen que tienen un peso normal o que son flacos, y que comen poco. Los expertos advierten que esta distorsión de imagen es peligrosa: "Se agrava la obesidad y se arraigan los malos hábitos".

Los chicos se llenan con golosinas, fiambres, hamburguesas industriales, salchichas, jugos artificiales, gaseosas y aumentan de peso. Pero la mayoría de sus madres no puede percibir el problema para cambiar rápido los hábitos alimenta rios de los chicos, según dos encuestas realizadas por especialistas del Hospital Durand, de Capital Federal, a madres con hijos que van al jardín de infantes y a la escuela primaria.

El 90% de las madres con chicos con sobrepeso y el 60% de las madres con hijos obesos tienen una imagen distorsionada: sostienen que sus hijos tienen el peso normal o son flacos. En el caso de chicos con obesidad severa, el 56% de las mamás afirman que "están flacos o normales".

Así resulta de la encuesta sobre 1.129 chicos de primaria, de entre 5 y 13 años, que fue presentada en el congreso anual de la Asociación Americana de Diabetes en junio y realizada por Valeria Hirschler, del Servicio de Nutrición, en colaboración con Graciela y Ana María Clemente, del Servicio del Area programática del Hospital Durand.

En la mamás de nenes que van al jardín de infantes se constató una situación similar. El 88% de las mamás con chicos con sobrepeso o con obesidad sostiene que sus hijos "son normales o flacos", cuando la balanza decía que tenían kilos de más.

La distorsión en la imagen de los chicos no es una equivocación simple. Implica que el sobrepeso puede avanzar sin que los padres lo perciban. Cuando se consulta al especialista médico o al nutricionista, puede ser tarde: la obesidad está instalada y los malos hábitos de comer ya están más arraigados. Y se sabe que la obesidad es un factor de riesgo de varias enfermedades que podrían afectar a los chicos en su vida adulta.

En la encuesta a mamás de chicos de jardín de infantes se hizo la evaluación a 421 niños de 3 a 5 años. Saldrá publicada en la revista Pediatrics Diabetes de agosto. La percepción equivocada también se mostró en la cantidad de lo que las madres creen que los chicos comen. El 91% de las madres con chicos con sobrepeso u obesos en el jardín dicen que los niños comen bien o poco. El 36% de las mamás con chicos de peso normal dicen que comen poco. "En realidad, los chicos con peso normal estaban comiendo bien", afirmó Hirschler.

En tanto, el 81% de las madres con chicos de primario con sobrepeso dicen que los hijos comen poco o normal. El 88% de las madres de obesos y el 78% de las madres de obesos severos sostienen lo mismo.

"Las mamás tienden a creer que los chicos necesitan comer mucho para crecer. Que el plato de comida debe ser grande y que los chicos tienen que terminarlo. Esto es incorrecto. Los chicos comen lo que necesitan comer", dijo Hirschler a Clarín. Y agregó: "Muchas tienen la idea de que un chico gordo es saludable".

De acuerdo con Norma Piazza, del Comité de Nutrición de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), los padres recién perciben el problema del sobrepeso cuando los compañeros se burlan y ven que sus hijos sufren un conflicto y se angustian. "También hay que considerar que la OMS reconoció a la obesidad como enfermedad en 1997 y todavía mucha gente conserva la idea falsa de que los chicos más gorditos son más sanos".

Los chicos con sobrepeso crecen antes y eso a veces confunde a los padres, advirtió la pediatra del Hospital Italiano y prosecretaria del Comité de Nutrición de la SAP, Débora Setton. "No significa que serán más altos, pero dan la idea de que están bien. Además, algunos padresno reconocen el sobrepeso y la obesidad en ellos mismos. Y recién consultan a un especialista porque un pediatra se los aconsejó".

¿Qué hacer para enfrentar el problema? Según la doctora Hirschler, los consejos para los padres son:
  • Consultar al pediatra y no pensar que "en algún momento van a pegar el estirón".
  • No permitir que los festejos en el jardín o en la escuela incluyan nada más que chizitos, papas fritas y golosinas.
  • Alentar la actividad física en la familia, con natación, caminatas y juegos aeróbicos.
  • No obligar a los chicos a comerse toda la comida del plato, y apagar la tele mientras se almuerza.
  • Asegurarse de que los chicos consuman 5 porciones de frutas y verduras cada día, y carnes rojas o blancas 1 vez por día.
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