miércoles, 16 de abril de 2014

Gastronomía

Gastronomía

sancocho
La República Dominicana cuenta con muchos restaurantes confortables y acogedores, al frente de los cuales casi siempre hay un chef capaz de satisfacer al gourmet más exigente y un personal respetuoso, entrenado para ofrecerle buen servicio.
Todos tienen un menú internacional y cada uno su especialidad. Usted puede disfrutar de la cocina alemana, árabe, argentina, española, francesa, italiana, mediterránea, mexicana, oriental y, sobre todo, probar la sabrosa y variada comida criolla.
Como norma general, aceptan las tarjetas de crédito de las marcas internacionales más reconocidas.

Cocina típica y regional

labandera
La comida típica dominicana es muy rica y variada. Lo que se conoce como "la bandera" se compone de arroz, habichuelas (blancas, rojas o negras) carne, vegetales y plátanos maduros o fritos verdes, que no es otra cosa que plátanos verdes, cocidos de una forma especial. El sancocho dominicano es un derivado gastronómico del cocido español y cada región del país tiene su estilo peculiar para prepararlo. No se vaya de aquí sin probar un "sancocho prieto de siete carnes". Es un plato respetable y respetado.
Si el tiempo se lo permite le recomendamos degustar otros manjares de la cocina regional, que por determinadas circunstancias sólo puede encontrar aquí, como por ejemplo, el pescado con coco, oriundo de Samaná, el chivo de Azua y el chivo liniero de Montecristi, que tienen un sabor peculiar exquisito, porque en su alimentación diaria el animal ingiere el orégano silvestre que condimenta su carne mientras el animal está vivo. También el delicioso puerco en puya, pasteles en hoja y chicharrones de pollo.
viveres
Todos estos platos y otros más, como los mofongos de plátano y yuca, así como también los famosos caldos "revive muertos" los pueden degustar en el restaurante D' Luis Parrillada, que son la auténtica representación de la gastronomía de la República Dominicana.
Los Jhonny Cakes y el mangú, herencia gastronómica de los cocolos inmigrantes de las islas de Barlovento y Sotavento, forman parte de nuestra comida cotidiana. Los primeros, puede pedirlos como yaniqueques en los puestos de frituras de las playas, y el mangú, un puré de textura suave hecho de plátanos verdes hervidos, figura ya en el menú del desayuno criollo que ofrecen casi todos los hoteles. Es recomendable comerlo si le aqueja "el mal del turista" (diarrea), que aquí llamamos "la venganza de Caonabo".
El casabe y las catibías son alimentos taínos que se conservan en la dieta típica dominicana. Para los que gustan de regímenes naturistas es bueno señalar que el casabe tiene un alto contenido de fibra vegetal y apenas un 0,35% de grasa por ración. Difícilmente se daña y puede comprarlo en colmados y supermercados. En los hoteles y restaurantes que sirven comida criolla lo ofrecen aliñado en sustitución del pan.

El locrio dominicano

locrio
Esta preparación criolla es, sin lugar a dudas, un eslabón perdido de la paella española. Al parecer las damas de la Corte que vinieron en la época de la conquista, sustituyeron los ingredientes de la paella, adaptando la receta a los condimentos que encontraron en la isla. Cambiaron el azafrán por la bija y dando rienda suelta a la imaginación crearon esa fórmula básica que da origen al sabroso locrio dominicano, considerado el plato más versátil de la cocina criolla, ya que con buena voluntad, un poco de arroz y lo que aparezca, creamos una comida exquisita, especialmente diseñada para nuestros invitados.

La siesta


siestaEl dominicano todavía acostumbra echar una siesta después del almuerzo. Si el tiempo se lo permite repose diez o quince minutos en una hamaca después de almorzar. Comprenderá lo difícil que resulta para nosotros desarraigar esa costumbre.
Si por el contrario piensa que un paseo le ayuda a la digestión, y está en Santo Domingo, utilice ese tiempo para recorrer la Zona Colonial y conocer el legado histórico que la ciudad conserva y expone en sus legendarios monumentos. A esa hora las calles más antiguas de la Ciudad Primada de América son todas suyas.

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