Policías antimotines y agentes de la Guardia Nacional dispersaron ayer con gases lacrimógenos y balas de goma una marcha convocada por los opositores más duros al presidente Nicolás Maduro, tras rechazar participar del diálogo entre el gobierno y miembros moderados de la oposición.
Algunos de los manifestantes arrojaron piedras y otros objetos a los agentes de los cuerpos de seguridad que cortaron el paso de la manifestación convocada por estudiantes, que tuvo lugar al cumplirse dos meses de los violentos incidentes registrados en la capital venezolana tras una multitudinaria marcha de universitarios y opositores. Aquella marcha fue encabezada por la ahora exdiputada María Corina Machado y el dirigente opositor Leopoldo López, detenido desde el mes pasado en una cárcel militar por su presunta responsabilidad en los hechos.
Estaba previsto que los opositores recorriesen calles y avenidas desde tres puntos de la ciudad hasta la céntrica plaza Venezuela, localizada en el municipio Libertador, el único de los cinco municipios capitalinos bajo el mando de un alcalde oficialista y que es asiento de los poderes públicos venezolanos.
Desde tempranas horas, cientos de agentes de la Guardia Nacional y la Policía Nacional se apostaron en los principales accesos a la plaza. Luego de algunos forcejeos con los cuerpos de seguridad la mayoría de los manifestantes se retiró pacíficamente rumbo al este de la capital, pero un pequeño grupo en otro sector de la ciudad insistió en seguir adelante, desencadenando el choque violento.
"Rechazamos contundentemente los atropellos y agresiones. Este gobierno le tiene miedo a los estudiantes que valientemente se mantienen enfrentando pacíficamente a la dictadura", dijo el alcalde mayor del Distrito Metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, que encabezó un tramo de la marcha y que se cuenta entre los más acérrimos críticos del proceso de diálogo con el gobierno, argumentando que no están dadas las condiciones para ello.
"Cómo se puede hablar de diálogo cuando se impide la protesta pacífica, se reprime una marcha pacífica, se criminaliza la disidencia", agregó.
Machado denunció que miembros de la Guardia Nacional se apostaron en los alrededores de la plaza Venezuela, impidieron la instalación en el lugar de una tarima y "se llevaron detenidos a estudiantes" sin una causa justificada.
Las autoridades repetidamente han negado el permiso a marchar a los estudiantes alegando que, el 12 de febrero, la oposición realizó una marcha similar que culminó en los violentos incidentes que dejaron un saldo de tres muertos, varias decenas de heridos y destrozos en instalaciones públicas.
Venezuela se ha visto estremecida desde febrero por protestas de universitarios y opositores, esencialmente de clase media, en contra de la desbordada inflación -que alcanzó en febrero una tasa anualizada de 57,3%-, el desabastecimiento de productos básicos y un alto índice de delincuencia.
Los incidentes registrados en Caracas y otras ciudades han dejado 41 muertos, 674 heridos y unos 2.285 detenidos, de los cuales 175 permanecen arrestados y sujetos a procesos judiciales, según la Fiscalía General.
La exdiputada opositora afirmó el sábado que el objetivo del gobierno con los llamados diálogos de paz es dividir a la coalición opositora.
"Si algo es evidente es que se pretende dividir las fuerzas de la unidad. Esta es una orientación, una línea desde La Habana, pero estoy segura que no van lograr confundir a los venezolanos que desde hace 60 días estamos en la calle librando una lucha ciudadana", dijo Machado a la prensa.
Agregó que "el gobierno sabe que logramos arrebatarle la careta, hoy el mundo llama a Maduro como lo que es, un dictador" y advirtió que "vamos a seguir en la calle hasta lograr un cambio político que permita que en el país haya justicia y libertad".
La primera reunión entre el mandatario y sus adversarios políticos terminó la madrugada del viernes sin acuerdos concretos, alimentando las dudas de que el proceso impulsado por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) pueda ayudar a solucionar la crisis del país.
El gobierno y la oposición continuarán los diálogos el 15 de abril. A la primera sesión asistieron como testigos de buena fe los cancilleres de Colombia, Ecuador y Brasil, y el nuncio apostólico en Venezuela.
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