jueves, 17 de abril de 2014

Semana Santa, Semana Mayor


A esta secuencia hoy se le llama la Semana Santa o la Semana Mayor del cristianismo donde se recuerda la pasión, muerte y resurrección, de Jesús de Nazar
Tradicionalmente en el mundo occidental desde que empezó el cristianismo se escogió una semana para rememorar los últimos días de la vida pública de Jesús de Nazaret. Poco a poco esa semana se fue configurando narrando paulatinamente la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, su última cena y mensaje a sus discípulos su posterior arresto en el huerto de Getsemaní o también conocido como huerto de los olivos, su arresto, juicio en la noche ante el Sanedrín y juicio público en la mañana ante Poncio Piloto Su tortura, condena, ejecución y finalmente su victoriosa resurrección de entre los muertos.
A esta secuencia hoy se le llama la Semana Santa o la Semana Mayor del cristianismo donde se recuerda la pasión, muerte y resurrección, de Jesús de Nazaret.
Por muchos años la tradición y piedad popular se encargó de acompañar estos días con prácticas y costumbres muy propias de este tiempo. Pensemos en aquellos días, especialmente el Viernes Santo, que no se barría, ni se cocinaba, que la música en la radio era sacra y en la televisión y en el cine se proyectaban películas de profundo sentido espiritual. Todo esto iba acompañado de procesiones y representaciones dramáticas desde las más simples y con elenco comunitario hasta grandes producciones con actores de reparto. Y así se creaba una semana donde el silencio, recogimiento y oración hacían gala de presencia. Al mismo tiempo que nos llevaba a una introspección y contemplación del amor más grande jamás narrado.
Hoy, estas tradiciones han mermado un poco especialmente en lo que concierne a los medios de comunicación. Algunas han sido reemplazadas por ‘Ventas de Semana Santa’, pasadías en tal o cual lugar. Cruceros y viajes con motivo de Semana Santa y otras cosas por el estilo. Para muchos comienza el tiempo de playa y así lo utilizan como tal. Pero quizás no nos detenemos lo suficiente para preguntarnos la razón de ser, del por qué de la celebración, ‘per se’; por sí misma.
Quizás no nos damos cuenta de que la Semana Santa, y el adjetivo que la describe, es santa porque Él, Jesús de Nazaret, la santificó. Con su sacrificio de amor en la cruz. Si hoy hay días libres, pasadías, viajes y playa es porque alguien que era Dios dio su vida por ti y por mí. Él y lo que hizo con su vida es la razón de que esta Semana Santa sea santa. La Semana Santa como tal es una semana más: tiene 7 días y cada día, 24 horas. Lo que la hace diferente, lo que la aparta de cualquier otra y la hace la Mayor del año es la persona que la protagoniza y le da sentido. ‘Jesús de Nazaret’.
Puedes ser que digas: ‘pero yo no soy cristiano’, ‘yo no soy creyente’, ¿por qué he de mencionar el nombre o reconocer su misión? Yo te respondo: por el mismo hecho de que esos días no hay trabajo, ni hay clases y por el hecho mismo, que hubo alguien que no valoró tanto su vida, que estuviera dispuesto a entregarla por todos aun perdonando a los que le ejecutaban sin piedad y falsos argumentos. Creo que aunque uno no simpatice con alguien siempre es de honor, respeto y cortesía reconocer lo bueno y noble que esa otra persona haya hecho. De ahí que reconocer la persona, misión y entrega de Jesús de Nazaret no es de perjuicio para nadie y puede ser de mucho provecho para todos especialmente para tantos en una sociedad que a veces toma por dado todo y a todos y pone la productividad por encima de la persona misma. Es por eso que, sugiero, en mi opinión, que en esta Semana Santa tomemos un poco de tiempo y en nuestra comunidad de fe o en el silencio de tu hogar tomes un ratito y frente a Jesús de Nazaret que dio la vida en rescate por todos pienses qué estás haciendo con la tuya.
¡Feliz Pascuas de Resurrección!

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