domingo, 1 de febrero de 2015
¿QUIÉN ES LUIS BRITTO GARCÍA?..
Se llama Luis Britto García, nacido en Caripito, Estado Monagas, Venezuela (pero, como le da pena ser caripiteño, dice que fue en Caracas), el 9 de octubre de 1940, y «fallecido» (moral y espiritualmente) en el Palacio de Miraflores, en 1999 (cuando Chávez llegó al poder).
Abogado de confusa jurisprudencia, profesor universitario de los «jedionditos» (fatuo y distante, según algunos de sus alumnos), dramaturgo y escritor, aunque interesante y muy prolífico, en esencia insustancial y más aburrido que el planeta Plutón. Ha escrito un coñazo de libros, ninguno digno de recordar, y todos (o la mayoría) le fueron publicados por las «decadentes» instituciones de la «Cuarta República», que, cuando eso, le venía «de pinga», pero que ahora –según él– no tiene nada bueno que pueda rescatársele.
Durante los tres lustros y pico de «revolución» castro-chavista ha desempeñado para el régimen, casi siempre simultáneamente, los «cargos» de alcahueta, sanguijuela, enchufado, celestino, cómplice, jalabolas, abogado del diablo, procurador sentimental, tapareador, aguantador, cagatintas tarifado, esbirro de letras y muchas vergonzantes vainas más; pero últimamente se ha dedicado a tiempo completo al oficio de «patriota cooperante» (siendo acaso el más conspicuo de todos los que en tales funciones están regados por todo el país), o sea, a fisgón profesional, chismoso, comadrero, «llevaytrae», sapo y acuseta.
Se dice que desde siempre ha sido aficionado a las exquisiteces gastronómicas y a caldos de ralea, y que, hecho el pendejo (para lo cual le va perfecta su vocecita maricona), tiene más real y propiedades que un «compraburros». Y que su fundamentalismo castro-chavista y su «romper lanzas» por «la revolución» no es, ni mucho menos, «por amor al arte».
Es cierto que lo que más exhibe, para decirlo en clave cantinflérica, es «falta de ignorancia»; pero lo que más le falta es decencia. En él toma cuerpo la preocupación de Bolívar cuando dijo que «el talento sin probidad es un azote».
Britto García es, además de un cretino político mayor, el más grande chupachiros que ha parido la cultura nacional y uno de los más notables representantes del comemierdismo histórico de este país.
Él es el verdadero enemigo; enemigo de Venezuela, enemigo de la Democracia, enemigo de la Libertad, enemigo de la Justicia y el Derecho, enemigo de la Dignidad; y, sobre todo, enemigo tuyo, de tu futuro y del de tu familia
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