sábado, 27 de septiembre de 2014

Turismo religioso: destinos de fe




La Vega
El turismo religioso es aquel que moviliza a la gente por la fe y devoción en un dios o santo. Además, está orientado al conocimiento del legado cultural y religioso y al peregrinaje, pagar algún favor divino que ha sido concedido o presentar un sacrificio.
En República Dominicana fueron celebradas por primera vez diversas actividades religiosas en el Nuevo Mundo, específicamente católicas. Sus sitios religiosos tienen un arrastre masivo de feligresía, como la Basílica de Nuestra Señora de la Altagracia, la Catedral Primada de América, el Santo Cerro o el Cristo de los Milagros en Bayaguana. Si bien actualmente no existen estadísticas que determinen la cantidad exacta de fieles que asisten a los diversos centros religiosos, en éstos últimos es donde llegan las más grandes peregrinaciones del país.
El Santo CerroDos carreteras estrechas, con sus alrededores cubiertos de vegetación, dan entrada a la cima de un cerro donde en su punto más alto se construyó el primer santuario mariano de América y que hoy es uno de los más concurridos y emblemáticos de la República Dominicana. Allí se respira religiosidad, y la llegada de feligreses a cualquier hora del día y durante todo el año constata la devoción de dominicanos y extranjeros a la Virgen Nuestra Señora de las Mercedes.
Nuestra Señora de las Mercedes tiene su día el 24 de septiembre, sin embargo, desde el 20 de ese mes reciben a devotos.
TURISMO Y RELIGIÓN EN EL MUNDO: MÁS ALLÁ DEL CATOLICISMO  
Cabe destacar que las “Rutas de la Fe” no se limitan únicamente al catolicismo. En el caso de los musulmanes, la peregrinación hacia La Meca en Arabia Saudita, es uno de los momentos más importantes de sus vidas, y es la peregrinación más larga del mundo.
Una vez en la vida, los seguidores de Alá deben procurar cumplir con este precepto islámico.
A nivel mundial, el turismo religioso tiene una enorme incidencia. Europa lleva la delantera en la movilización de los fieles.
En Asia han surgido la mayoría de las religiones que hoy en día dominan el mundo.
La legendaria Jerusalén es hogar tanto del judaísmo como del cristianismo.
Muchos escenarios de la Biblia permanecen aún conservados y también generan un considerable flujo turístico hacia la llamada “Tierra Santa”.
Algunos de los destinos religiosos más influyentes en el continente europeo son la Basílica de San Pedro en la ciudad del Vaticano, Santiago de Compostela y la Catedral de la Sagrada Familia en España, el Santuario de la Virgen de Lourdes, en Francia y el Templo de la Virgen de Fátima en Portugal.
Latinoamérica también posee destinos turísticos de índole espiritual. La Basílica de la Virgen de Guadalupe, en Ciudad de México, es el templo cristiano más visitado por los devotos católicos en el mundo. No es posible pasar por la capital mexicana sin orarle a la Lupita.
Viajes del espíritu
“Las personas vienen al santuario atraídas como un imán a la Virgen porque tienen fe y confianza de que ella les va a socorrer frente a Cristo. Mucha gente viene a liberarse de alguna debilidad, algún defecto o alguna clase de cadenas pero la gran mayoría viene a demostrar su cariño y su amor a la Virgen”, agrega el Padre Michel Rosario.
La devoción altagraciana
Inaugurada en el 1972, el templo dedicado a Nuestra Señora de la Altagracia es un patrimonio nacional y símbolo arquitectónico del país. El padre Pedro Antonio Villa, rector de la iglesia, manifiesta que las personas asisten al lugar para agradecerle a la Virgen por los favores concedidos, como su intercesora frente a su hijo Cristo Jesús.
Villa explica que es mucha la gente que visita el templo para tocar la imagen de la Virgen de la Altagracia. En un día ha contado 970 personas desfilar ante al altar del santuario, asegura el sacerdote. Esto convierte a la Basílica de Nuestra Señora de la Altagracia en el centro de peregrinaje más grande y concurrido de la isla Hispaniola, donde no solo dominicanos veneran a la Virgen, sino gente de Haití, España, Italia, Norte y Centroamérica.
En Santiago de los Caballeros, narra Miguel José Vásquez, párroco y rector del Santuario Nuestra Señora de la Altagracia, “hace más de 140 años se edificó una ermita en el sitio de las Tres Cruces, en el extremo este de la calle Beller, antigua Traslamar”. Sin embargo, “a causa de la gran distancia de la población y el mucho monte, fue traslada a su definitiva ubicación en la  calle del Sol, pues consideraron que resultaba mejor  en esa calle que era una de las principales de la ciudad”.
A partir de ahí, la fe por la “Protectora del Pueblo Dominicano” se enraíza en este templo y dada la peregrinación desde todos los puntos del Cibao, pronto se emitió un decreto para convertirla en Parroquia; en la década del 50 fue erigida a Diócesis de Santiago. Así pues, el Santuario Nuestra Señora de la Altagracia, hoy no solo es un ícono de la provincia de Santiago, sino el segundo de los santuarios donde se invoca a La Altagracia más concurrido de la República Dominicana. El Padre Miguel confirma que “la peregrinación al santuario es todos los días”, y que por esta razón tienen una cantidad de sacerdotes y hermanos al servicio de la gente.
Al Sur también
A orillas del río Artibonito, en la frontera entre República Dominicana y Haití, se ubica la comunidad de Bánica, provincia Elías Piña. Allí está el Cerro de San Francisco de Asís, visitado por los fieles en busca de la bendición del agua que cae en forma de gotas, la que consideran bendita, dentro de una de las cuevas del cerro. También del polvo calizo que se desprende de sus paredes, al que se le atribuye un poder milagroso, una creencia que se enmarca dentro del sincretismo y religiosidad popular que caracteriza al dominicano.
El día de San Francisco es el 4 de octubre, pero desde septiembre y hasta mediados de noviembre, a Bánica llegan centenares de devotos. “Los creyentes que tienen promesas llegan a la cueva vestidos de color marrón, indumentaria característica del santo, donde se celebra la eucaristía, brindan comida, canta y tocan atabales como un símbolo de fraternidad”, revela un conocedor de la tradición que no quiso revelar su nombre.
RUTA
El Ministerio de Turismo y la Diócesis de La Vega son los creadores de “Senderos de la Fe”, un proyecto que conduce a la Iglesia del Santo Cerro y tiene como objetivo principal promover la peregrinación en la zona Norte del país como una alternativa turística. Este recorrido religioso incluye el Museo Sacro, frente a la catedral de la ciudad de La Vega, el Camino de Los Misterios Marianos y la escultura Monumento a la Luz del Mundo, concluyendo en el Santuario Nuestra Señora de las Mercedes, en el Santo Cerro.
Es parte del proyecto turístico-religioso “Ruta de la Fe” que promueve la cartera de Turismo, una peregrinación que comienza en La Isabela, Puerto Plata, y atraviesa Santiago, La Vega Vieja, La Vega y Santo Domingo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario