Huber Matos, el único de los comandantes históricos de la revolución cubana exiliado, un hombre que "amaba a Cuba con toda su alma" y se atrevió a enfrentarse a Fidel Castro, murió ayer en un hospital de Miami, a los 95 años, con el sueño incumplido de ver una Cuba libre.
Sus últimas palabras, según dijo a Efe su nieto, fueron para Cuba y la continuación de la lucha por la libertad en la isla. "La lucha continúa. Viva Cuba libre", dijo en sus últimos momentos el excomandante y líder del grupo opositor Cuba Independiente y Democrática (CID) a disidentes de la isla.
"Fue un hombre cariñoso, humilde y sincero que amaba a Cuba con toda su alma", apuntó sereno Huber Matos, nieto del único de los comandantes revolucionarios que se atrevió a plantar cara a Castro cuando advirtió la orientación totalitaria que tomaba la política de este, tras el triunfo de la guerrilla.
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