El seis por ciento de los nuevos casos de tuberculosis que se registran cada año en el país son detectados en personas privadas de libertad que se encuentran recluidos en recintos penitenciarios, de los cuales el cinco por ciento presenta co-infección con VIH.
El año pasado el sistema registró 272 casos de internos con tuberculosis, de los cuales 65 estaban recluidos en centros del nuevo modelo penitenciario, siendo la población carcelaria uno de los principales retos del programa Nacional de Control de la Tuberculosis, ya que los privados de libertad tienen 24 veces mayor riesgo de enfermar que la población general.
El 91 por ciento de los casos detectados se encuentran en los centros penitenciarios de La Victoria, Fortaleza de La Vega, Najayo, Kilómetro 15 de Azua, Peravia y el de El Seibo.
Aunque 33 centros penitenciarios, de los 37 que hay en el país, equivalente al 89 por ciento, cuentan con servicios de atención a la tuberculosis, hay por lo menos cuatro que carecen de esos servicios, incluyendo dos cárceles de mujeres, una de menores de edad y una de operaciones especiales, que cuentan con 522 privados de libertad. El 100 por ciento de los casos de tuberculosis detectados en los centros penitenciarios son de hombres.
Los detalles fueron ofrecidos ayer por funcionarios del Ministerio de Salud Pública y del sistema penitenciario, durante la apertura de un taller de capacitación del personal de salud que labora en los centros penitenciarios del nuevo modelo de gestión penitenciara y del modelo tradicional para inicio de tratamiento de tuberculosis drogo-resistente de forma ambulatoria.
La actividad, que pretende asegurar el diagnóstico temprano y el tratamiento de internos con tuberculosis, fue encabezada por la directora del Programa Nacional de la Tuberculosis, Belkis Marcelino; el director general de Control de Infecciones de Transmisión Sexual y Sida (Digecitss), Luis Ernesto Feliz Báez; el director General de Prisiones, Tomás Holguín; el director del nuevo modelo de gestión penitenciaria, Ismael Paniagua, y el consultor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Hans Salas.
Destacaron que el hacinamiento en que están los reclusos, sobre todo en el modelo tradicional, se convierte en elemento fundamental en el surgimiento de nuevos casos de tuberculosis y que algunas de las unidades establecidas allí están sobrepobladas, lo que dificulta el tratamiento.
En la capacitación participaron 40 profesionales de la salud, de 20 centros penitenciarios del nuevo modelo de gestión y de tres del modelo tradicional. Dada la co-infección con VIH, se tiene previsto integrar ambas asistencias en las unidades tras la capacitación del personal.
En 2014, la tasa de incidencia de la tuberculosis en el país fue de 60 por 100 mil habitantes y el éxito en el tratamiento de 84%. En los últimos 15 años el país ha logrado reducir en más de 50% la incidencia de esta enfermedad. La población carcelaria del país es de 25,934 personas, de las cuales 98% son hombres. El 39.2 por ciento son condenados y el 60.8% son preventivos.
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