La tormenta Érika nos ha sacudido con sus vientos huracanados, aunque al impactarnos se convirtió en depresión tropical. Este fenómeno ha tenido, sin embargo, la capacidad de atormentar todo el territorio nacional.
Muchos árboles han quedado deshojados y algunos han sido derribados por los vientos que han sacudido buena parte del territorio nacional.
En cambio, las lluvias no han sido las que quizás estábamos esperando. Aún tenemos la posibilidad de que sigamos teniendo más lluvias como consecuencia de este fenómeno que ha mantenido en alerta y atención al país.
No hemos tenido inundaciones que hayan puesto en peligro a las personas, aunque se han reportado más de ochocientas viviendas afectadas. Quizás así ha sido mejor que haber tenido un fenómeno que nos atacara de manera feroz con sus vientos y provocara grandes inundaciones.
Buena parte del territorio nacional ha quedado humedecido, lo que sin duda resulta un buen alivio contra la gran sequía que ha estado afectando al país.
Veremos ahora qué tanto ha podido mejorar la situación de los afluentes de agua y de las presas. Por lo pronto, una primera impresión es que hemos tenido más sacudidas que lluvias.
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