La provincia Puerto Plata vio nacer a Eduardo Brito, quien fue un cantante barítono de ópera y zarzuela. Es considerado como el cantante nacional de la República Dominicana, quien murió un el 5 de enero de 1946 en Nigua, San Cristóbal.
En la década de los años 30, Eduardo Brito se presentó en todos los países del Gran Caribe Hispano y realizó en Nueva York históricas grabaciones como “La mulatona” y “Lucía”, esta última con letra de Joaquín Balaguer.
El compositor cubano Eliseo Grenet, director de una compañía de zarzuelas quedó impresionado por el joven cantante y le contrató para que integrara parte del elenco durante una gira por Europa. También registró con su voz en el acetato la zarzuela “Los Gavilanes” compuesta por Jacinto Guerrero .
Fue uno de cuatro hijos que a “tropezones” crecieron bajo el peso de las limitaciones económicas, alejados de los medios de trasmisión de la cultura artística y literaria. Después de descubrir el potencial de su voz prodigiosa, escapa del lado de su madre y comienza a darse a conocer en Santiago de los Caballeros como el limpiabotas que canta.
Su voz le lleva al encuentro de músicos con reconocido prestigio en la región y canta en el Café Yaque, donde obtiene gran éxito. Cuando apenas había cumplido 17 años de edad, la capital de la República lo acogió y, después de debutar en el Coney Island, fue contratado para presentarse en el Hotel Fausto, la plaza más codiciada entonces por los artistas del género; en el Trocadero y en el Café Arriete.
Su andar por el país ya no se detuvo y, entre serenatas, fiestas y los más diversos empleos, transcurrió su vida hasta que en 1924, con la canción Amar, eso es todo, ganó el primer premio de un concurso que, en Santiago de los Caballeros, patrocinó el jabón Candado. Ese producto, que por la fecha se importaba desde Cuba, realizaba frecuentemente tales eventos, de manera promocional. Salvador Sturla, prestigiosa y autorizada figura, reconoció públicamente el talento de quien muy pronto dejaría de ser Eleuterio para inmortalizarse con el nombre de Eduardo Brito.
Para la educación musical del cantante, resultó de gran importancia la amistad que surgió entre éste y el maestro Julio Albreto Hernández, quien tutelaba el Cuadro Artístico, un grupo en el que se nuclearon importantes voces que con frecuencia se presentaban en Santiago, San Pedro de Macorís y Santo Domingo.
La gran crisis norteamericana de 1929 no fue causa suficiente para impedir que Eduardo Brito, Rosa Elena Bobadilla (con quien había contraído matrimonio un mes antes) y otros artistas, partieran en diciembre de ese año rumbo a New York, donde se grabaría un gran número de piezas de autores dominicanos.
En la madrugada del 5 de enero de 1946 el singular barítono dejó de existir con apenas 41 años. Nacido el 21 de enero de 1905.
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