CUÁNTOS DE ESTOS ENUNCIADOS DICES O PIENSAS NORMALMENTE?
– El que sabe, trabaja y el que no, es jefe.
– Nunca me alcanza.
– Es una lucha / Hay que batallarla / Es un sacrificio.
– En este país, los únicos que se salvan son los de arriba.
– En mi trabajo, no me aprecian.
– No sé qué hacer / no sé qué quiero hacer.
– Aquí te explotan, te sacan hasta la última gota de sangre.
– Hay que tener dos o tres trabajos para sobrevivir / para vivir bien.
– Yo, con poco, me conformo.
– Los que hablan de abundancia, de que todos podemos tener, no conocen de la
vida.
– Si me quedara sin empleo, me moriría.
– Dios ayuda a los pobres.
– No puedo cobrar, lo que yo hago es espiritual / solidario / porque me gusta.
– Este trabajo me va a matar.
– Sólo espero los fines de semana / las vacaciones.
– Yo no puedo dedicarme a eso. No da plata / no es rentable / no lo pagan bien.
– Si me pudiera salvar con la lotería, no trabajaría más.
– Es un trabajo aburrido / pesado / exigente / estresante / tedioso.
– Mis padres / esposo / hijos me dan lo que necesito.
– Hay que hacerse solo.
– Tengo que darle todo / lo mejor / la mejor educación a mis hijos. No sé decirles
que no.
– No me lo merezco / no es para tanto / es mucho para mí.
– Soy pobre, pero honrado.
– Siempre me echan / quiebro / me estafan / me explotan / tengo deudas.
– Juan era un buen hombre hasta que se llenó de plata.
– Yo no sirvo para hacer dinero.
– Mi jefe / mis compañeros me tienen harto.
– Me gustaría otro auto / otra casa / otro televisor / otra heladera / otro video / otra ropa…
– Nunca me alcanza.
– Es una lucha / Hay que batallarla / Es un sacrificio.
– En este país, los únicos que se salvan son los de arriba.
– En mi trabajo, no me aprecian.
– No sé qué hacer / no sé qué quiero hacer.
– Aquí te explotan, te sacan hasta la última gota de sangre.
– Hay que tener dos o tres trabajos para sobrevivir / para vivir bien.
– Yo, con poco, me conformo.
– Los que hablan de abundancia, de que todos podemos tener, no conocen de la
vida.
– Si me quedara sin empleo, me moriría.
– Dios ayuda a los pobres.
– No puedo cobrar, lo que yo hago es espiritual / solidario / porque me gusta.
– Este trabajo me va a matar.
– Sólo espero los fines de semana / las vacaciones.
– Yo no puedo dedicarme a eso. No da plata / no es rentable / no lo pagan bien.
– Si me pudiera salvar con la lotería, no trabajaría más.
– Es un trabajo aburrido / pesado / exigente / estresante / tedioso.
– Mis padres / esposo / hijos me dan lo que necesito.
– Hay que hacerse solo.
– Tengo que darle todo / lo mejor / la mejor educación a mis hijos. No sé decirles
que no.
– No me lo merezco / no es para tanto / es mucho para mí.
– Soy pobre, pero honrado.
– Siempre me echan / quiebro / me estafan / me explotan / tengo deudas.
– Juan era un buen hombre hasta que se llenó de plata.
– Yo no sirvo para hacer dinero.
– Mi jefe / mis compañeros me tienen harto.
– Me gustaría otro auto / otra casa / otro televisor / otra heladera / otro video / otra ropa…
Cada una de estas formulaciones son resultados de mandatos familiares y sociales y de faltas de valoración personales que sostenemos sin pensar en las consecuencias nefastas que conllevan a nuestra vida. Revisa aquellas que piensas, busca su origen, libéralas y reformúlalas en positivo.
Por ejemplo, “Es un trabajo pesado y aburrido” puede convertirse en “Revitalizo mi trabajo con nuevas ideas y recursos, lo que lo hace más entretenido y fácil, lo cual me posibilita un mejor salario y/o otras oportunidades. Lo que aprenda y mejore en este trabajo me servirá aquí o en otro lugar”.
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